domingo, 27 de diciembre de 2009

Festival A Puro Talento, palabras


Estaba pensando que cuando ingresé al equipo lo primero que me impactó fue su nombre: A Puro Talento. Etimológicamente, si es una moneda imaginaria de la Antigua Grecia, me pregunté cuánto querríamos cambiar entonces de este imaginario social que ronda con respecto a realizar talleres en un neuropsiquiátrico.
Se le agregaba además puro, a sea un entendimiento demasiado inteligente de lo que iba a hacerse, el sinónimo es genio.
También recordé su parónimo: talante. Y en este tiempo he encontrado que hemos tenido talento de buen talante para hacerle frente a las situaciones, para pensarlas, para mantener los interrogantes, los aciertos, los errores, las personalidades, la escucha, las personalidades, la vida que transcurre y se cuela por todos los recovecos con sus fantasmas y sus desesperanzas, con la promesa de paraísos.
Entonces, A Puro Talento surge de una necesidad, de uno o muchos, casi diría infinitos deseos con una pretensión que ya su título delata tal vez generar alguna marca, trocar esa moneda imaginaria con respecto a las personas que padecen y están aquí viviendo.
Digamos, algún tipo de inscripción que no sea sólo huella en la arena, sino una posibilidad más de acercar algún alivio apelando a lo más sano del sujeto.
Apasionar la inteligencia y la insensatez para no tener ningún tipo de indiferencia ni ideológica, ni vocacional ni estética.
Es oportuno señalar que A Puro Talento no forma artistas, quizás porque consideremos que cada ser humano es un artista, una humanidad siempre en potencia que persigue alguna punta de verdad y que allí en ese encuentro crea belleza.
Posiciona su mirada en el sujeto, es central verlo en ese aquí y ahora, en el que realiza un trazo, crea un paso de baile, canta, eleva su voz.
A Puro Talento hace un subparéntesis dentro del gran paréntesis, no piensa en la falta, piensa y siente ese presente ahí todo junto materializado en un ser, en su necesidad de persistencia o sea trabajamos al borde de la magia, el milagro y el ancestro.
Talento el de los pacientes, para sostener, que interpelan en cada transformación, para convertir lo siniestro, para intensificar los cambios.
Ese resistir, ese poder que es ahí antes que el a-priori, a pesar de tanto sufrimiento para el pequeño cuerpo para el pequeño corazón.
Talento conjunto. Brazos, abrazos, mmiradas y manos. Ese nosotros mutuo de seres que se aguardan con señal compartida. Con un horizonte que a veces se detiene, se suspende, pero nos induce a caminar la utopía.

sábado, 28 de noviembre de 2009

II Festival en el Borda

jueves, 5 de noviembre de 2009

Salud mental en la Ciudad de Buenos Aires

La inmobiliaria del macrismo

Por Ángel Barraco - Publicado en 29 September 2009. Revista Topía.

Desde los inicios del actual gobierno del Ing. Macri en la ciudad de Buenos Aires (a principios de 2008), se anunció de forma sorpresiva la puesta en marcha de un supuesto y nuevo “Plan de Salud Mental” que no fue consultado en tiempo y forma, ni con el Consejo General de Salud Mental en su función de órgano de asesoramiento, como así tampoco e insólitamente, con la autoridad del área, la Dirección Adjunta de Salud Mental, instancia que también fuera desjerarquizada en esos tiempos, por dichas autoridades.
Este “Plan” anunciado muy mediáticamente, tanto por el Jefe de Gobierno como por el Ministro de Salud, Dr. Jorge Lemus, expresaba un inesperado y llamativo interés, por transformar la indigna situación de más de 1.800 pacientes mujeres y hombres, internados en los hospitales Moyano y Borda. Para ello, se había estipulado la construcción de diez “Centros de Internación” de cincuenta camas cada uno, la de un “Centro de Evaluación y Derivación”, doce “Hospitales de Día” y un número no precisado de “Casas de Medio Camino”, invocándose a la Ley 448, y concretando el impactante anuncio de que se iban a cerrar los hospitales Borda, Moyano y los Talleres Protegidos de Rehabilitación, disponiendo de sus terrenos para la construcción de un “Centro Cívico” (centro diseñado para trasladar y emplazar, al conjunto de organismos y sedes del Gobierno de la Ciudad).
Este referido anuncio sobre el cierre de dichos hospitales neuropsiquiátricos, que era según la ocasión, negado o afirmado por las diversas autoridades, iba generando un estado de incertidumbre (y sus consecuencias) entre los pacientes fundamentalmente, y también los trabajadores y profesionales de los hospitales afectados. Al poco tiempo, se presenta el llamado a licitación para sólo siete “Centros de Internación” y un “Centro de Evaluación y Derivación”, situación esta que sumaba mayor incertidumbre, al momento de considerar que las cuentas no cerraban. Puesto que, considerando siete nuevos centros de internación, que se ocuparían con 350 pacientes en total, surgía el inevitable interrogante de: ¿Adónde irían los casi 1500 pacientes restantes, sino se preveía la construcción de otros dispositivos para la externación?
Consecuentemente y desde el Consejo General de Salud Mental, se denunció de forma constante, los arbitrios de este “Plan”, que no sólo transgredía los lineamientos de la Ley 448, sino que también contradecía los principios de la Atención Primaria de la Salud, en cuanto a la atención en red y proximidad al domicilio de la persona que se asiste (además de fomentar también la discriminación y segregación de las personas con padecimiento mental). Ya a esta altura era obvio, que dicho plan, no había surgido desde la “visión” de los funcionarios del área de salud y salud mental, sino desde la “usina” donde se gesta gran parte de las acciones del actual gobierno: el Ministerio de Desarrollo Urbano.
Pese a las desmentidas, se avanzaba decididamente tras un objetivo, que para nada tenía que ver con una genuina preocupación por el destino de mujeres y hombres que indignamente siguen padeciendo el encierro, sino con el criterio perverso de plasmar un fabuloso negocio inmobiliario, integrando nuevas construcciones, con la revalorización de las tierras aledañas, al futuro “Centro Cívico”. Vale aclarar que esto sólo es posible por cuanto la zona de Barracas, es una de las pocas zonas pasibles de tal destino en la ciudad. Hoy el precio del m2 en dicha zona es equivalente al precio en que se cotiza el barrio de Palermo. Algunos analistas asocian este proyecto, con el fuerte vínculo del Jefe de Gobierno, con el empresario de la construcción Nicolás Caputo, ex asesor “honorario” de su gabinete y el mayor aportante financiero en la reciente campaña electoral del PRO-Michetti ($ 225.000.-).
A este innegable criterio mercantilista, propio de las políticas de privatización y arrasamiento de lo estatal e inherentes al modelo neoliberal (hoy resurgido desde las entrañas del propio gobierno macrista), asiste el criterio ideológico de plasmar un modelo de atención de salud y salud mental, reducido a una mínima expresión, con servicios acotados para la atención de una población empobrecida y que no ostenta ningún tipo de cobertura privada.
Para confirmar lo que se preveía que iba a ocurrir, en el área de la salud mental estatal de la ciudad, el gobierno está accionando:
1.- El cierre del pabellón central del Hospital Borda, que concentra el mayor número de pacientes internados, a partir de la falta de mantenimiento de las instalaciones de gas y electricidad y que paradójicamente, el mismo gobierno no ha realizado. Para ello, dio a conocer la implementación de un listado de subsidios, asignados a más de cien pacientes, sin ningún tipo de evaluación clínica-social y que transgrediendo sus derechos a la protección de sus identidades, sus nombres fueron dados a conocer públicamente en el boletín oficial. También que entre esos pacientes, se detectó que había once de ellos que estaban fallecidos desde hace años… Este intento, que fue resistido por parte de los trabajadores y profesionales del hospital (resulta llamativo la poca resistencia al embate, de parte de algunas representaciones gremiales y profesionales del mismo), apuntaba a un traslado masivo de pacientes a clínicas privadas, como ya se había realizado en anterior ocasión, en el Hospital Moyano, ante una intervención de la Justicia. Cabe consignar que el Borda cuenta con un gran pabellón, el “Amable Jones”, recientemente reciclado a nuevo y listo para su utilización, y que no se reabre para su utilización, porque aparentemente se lo habría asignado al Ministerio de Desarrollo Social, como un adelanto del destino próximo del hospital…
2.- Cortar el suministro de gas del Hospital de Emergencias “Alvear”, también por deficiencias en sus instalaciones y en pleno invierno, a partir de también no haber realizado su necesario mantenimiento, pero que por la resistencia de sus trabajadores movilizados, se ha neutralizado por el momento (táctica que obligaba a derivar a los pacientes a clínicas privadas…). Vale destacar que también los amplios terrenos de dicho hospital, están en la mira de las autoridades para ser destinados a otros “menesteres”, proyectando que sólo quede un servicio reducido de atención de salud mental.
3.- El nombramiento de un profesional médico para el cargo de Director Adjunto de Salud Mental, que no cuenta con la idoneidad necesaria para el cargo, en cuanto a su desconocimiento sobre salud mental, además de tener serios cuestionamientos y denuncias sobre su proceder para con pacientes y trabajadores. Esta acción se enmarca en una forma autoritaria de conducir y que no respeta consensos y procedimientos democráticos, imprescindibles para una transformación en el área. Es indudable, la necesidad de poder contar por parte del gobierno, con “mano de obra” dispuesta a realizar el “trabajo sucio” que se impone de aquí en más, para llevar a cabo el proyecto inmobiliario de la salud mental de la ciudad.
4.- Ya como prueba irrefutable del proyecto gubernamental, acaba de entrar en la Legislatura de Bs As, el expediente remitido por el ejecutivo (Macri), para el llamado a licitación del “Centro Cívico”, con datos llamativos, como por ejemplo, el de asignar a la empresa que se contrate, el usufructo de gran cantidad de edificios que pertenecen al área de Salud y que tienen ubicaciones de alto valor inmobiliario.
Si bien y en una primera etapa se ha focalizado este avasallamiento del gobierno, en el área de la salud mental estatal de la ciudad, el avance de la “lógica inmobiliaria”, no se detendrá, y de hecho ya se sabe la apetencia por otros terrenos en los que se encuentran hospitales generales y especializados: el Hospital Rivadavia (al que se lo está dejando “caer” y que su valor, por la zona en la que está situado –Barrio Norte- es multimillonario); el Hospital de Enfermedades Infecciosas “Muñiz”, que está casi contiguo al Borda y el Hospital de Gastroenterología “Udaondo”, también próximo al Muñiz.
Para finalizar, aclarar que la defensa irrestricta de los hospitales ex neuropsiquiátricos, no debe ser pasible de confusión. Esto es, que defender los terrenos y sus instalaciones, y obviamente la estabilidad de sus trabajadores, no deja de lado su necesaria y legal transformación, de acuerdo al proceso de desinstitucionalización, establecido por la Constitución de la Ciudad y la Ley 448 de Salud Mental. Lamentablemente, el discurso perverso del gobierno y de los medios de comunicación “adictos”, intentan confundir a la sociedad, al presentar y publicitar su proyecto inmobiliario, como un “progresista” proceso de desmanicomialización…
Ante la gravedad de la situación planteada, queda expuesto el interrogante de cómo plasmar una resistencia consistente, que confronte a esta maquinaria mercantilista avasallante, y que ineludiblemente tiene que concretarse más allá de los espacios específicos de la salud mental, y esto implica informar, convocar y comprometer a otros sectores de la comunidad, como ser: organizaciones culturales, sociales, políticas, asamblearias, profesionales y gremiales. La Salud Mental como campo de intervención, es inherente y por lo tanto de responsabilidad de todas y todos los ciudadanos de la Ciudad de Buenos Aires.

miércoles, 28 de octubre de 2009

BOLSA DE TRABAJO. CUIDADORES


Cuidadores de Adultos Mayores
ASUNCIONA ROMERO. CEL. 1567165266- Turno noche
ROSA GARCIA CRUZ. CEL. 1532146158- Fin de semana, noches y feriados.Caballito.
DORA E SANCHEZ. Tel part. 35264496- CEL.1531536880- Lunes a viernes
JAZMINA CORTEZ ZEVALLOS- CEL. 1563606156 -Celular de su hijo
CARMEN ROSA ZAPATA -CEL. 1536660455- Tel particular. 4 866 3616
ADRIANA MARTINEZ- CEL 1556446820- Tel particular 42196740
SONIA- 1530212143 4 911-8804
LILIANA ELORZA- 4633-1052 CEL. 1560350511
AURORA MONDACA- 4304 1575 CEL. 1566615160
LUCINDA MEDIANERO 15 58688830 Lunes a viernes de 8 a15 hs
LETICIA FLORES 1565798430
JAVIER ACOSTA- 4922-6649 cel. 15 51197001- Acompañante Terapéutico.Psicólogo Social.

lunes, 19 de octubre de 2009

La vida de los adultos mayores en Cuba


Larga juventud

Por Nuria Barbosa León

Periodista de Radio Progreso y Radio Habana Cuba


José Martí, nuestro prócer independentista, llamó a los ancianos patriarcas de la humanidad y su definición no estuvo errada, porque cuando se superan los 60 años de vida hay toda una historia para contar y muchas experiencias por transmitir.

En Cuba, la población que supera las seis décadas suman los dos millones de habitantes lo que representa el 17 por ciento del total y se estima que para el año 2030 se alcance el 29 por ciento, ello significa la garantía de una calidad de vida superior donde se conjugue, sanidad, cultura, educación y socialización.

Según datos aportados por el Centro de Documentación de Radio Habana Cuba, en mayo del 2009 habitan la Isla, 1 488 personas centenarias, ello hace que exista un abuelo de más de cien años por cada 7 500 habitantes. Las provincias donde residen mayor número de longevos son: Ciudad de La Habana (258), Santiago de Cuba (184), Granma (145), Villa Clara (132) y Camagüey (123). Muchos de estos criollos caminan sin ayuda de otra persona, casi la mitad no tiene deterioro cognitivo, todos muestran buen estado nutricional y manifestaron estar “satisfechos con la vida”.



¿Cuál es el secreto de la eterna juventud?



1.- Tener acceso a alimentación, agua, vivienda, vestimenta y atención de salud adecuada mediante ingresos propios suficientes y/o el apoyo de sus familias y de la comunidad.

2.- Tener la posibilidad de trabajar o tener acceso a otras alternativas de obtener ingresos.

3.- Poder participar en la determinación de cuándo y en qué medida cesarán de desempeñar actividades laborales.

4.- Tener acceso a programas educativos y de formación adecuados.

5.-Tener la posibilidad de vivir en entornos seguros y adaptables a sus preferencias y capacidades.

6.- Poder residir en su propio domicilio por tanto tiempo como sea posible.

7.- Permanecer integradas en la sociedad, participar activamente en la formulación y en la aplicación de las políticas que afectan directamente su bienestar.

8.- Poder buscar y aprovechar oportunidades de prestar servicio a la comunidad y de trabajar como voluntarios en puestos apropiados a sus intereses y capacidades.

9.- Poder formar movimientos o asociaciones de personas de edad avanzada.



Estos nueve puntos conforman los Derechos Básicos del Adulto Mayor, aprobados en la Convención de Ginebra de la Naciones Unidas, realizada en 1982, y que son cumplidos por Cuba con mucho celo.



Al abuelo cubano se le garantiza el vínculo familiar y social aunque esté internado en un Hogar de Anciano, a los cuales se le suman 14 mil “Círculos de Abuelos” donde se promueve la práctica de ejercicios físicos, las excursiones, las actividades culturales y recreativas.



OJO, en Cuba no hay repartos privados para los ancianos y los servicios que reciben son los que pueden pagar con su chequera de pensionado. Si necesitan atención médica se le ofrece de forma gratuita, al igual que todos los cubanos y se le hacen todos los exámenes diagnósticos no importa la edad sino atendiendo a su padecimiento.



También hay más de 174 “Casas de los Abuelos”, creadas para cuidar a las personas de la tercera edad mientras sus familiares trabajan. En esas instituciones los ancianos permanecen 8 horas diarias, reciben una atención especializada, de acuerdo con su estado de salud y características personales. Se les suministra desayuno, almuerzo y meriendas en los horarios matutino y vespertino, además de medios para el descanso.



Esas Casas cuentan con equipos de radio, televisión, juegos de mesa y otros medios de esparcimiento y en ellas se realizan actividades culturales y excursiones. Son atendidas directamente por médicos generales y geriatras que se ocupan de chequear las enfermedades crónicas y no transmisibles e imparten charlas educativas para el cuidado de la salud y la higiene personal.



Una modalidad acogida por los de cabellera blanca son las más de 400 “Cátedras Universitarias del Adulto Mayor”, con 750 filiales en zonas urbanas y rurales, donde se imparten cursos de computación, sexualidad, medio ambiente, temas relativos al envejecimiento, medicina alternativa, historia, convivencia familiar, cocina y cuidados personales. De estos cursos ya han egresado hasta el año 2008, 50 mil cubanos.



Un aspecto esencial para la tranquilidad del anciano es la solvencia económica y más de un millón 600 000 pensionados y jubilados tienen garantizada la protección estatal en Cuba. En el 2008 se invirtió cerca de 5 200 millones de pesos en la atención a los beneficiados del Sistema de Seguridad y Asistencia Social y en ese propio año, la pensión mínima a los jubilados y pensionados fue elevada a 200 pesos, la prestación mínima de asistencia social subió a 147 pesos lo cual representó al Estado cubano un gasto adicional de 810 millones de pesos.



Entre los centenarios cubanos predomina el sexo femenino, sin hábitos tóxicos como consumo de alcohol y tabaco, y cuya dieta alimenticia fue balanceada, de acuerdo con sus posibilidades. Gran parte de los ancianos longevos cubanos no practicaron deportes, pero se mantuvieron activos y motivados con algún proyecto, indicaron los investigadores. Según el estudio, más del 90 por ciento de ellos ingieren fármacos por estricta necesidad y no sobrepasan la cifra de tres de manera individual.



Nos satisface decir que la granmense Juana Bautista de la Candelaria Rodríguez, cumplió 124 años y es la persona con más edad en Cuba, de ella cuidan un geriatra y un médico general quienes la visitan semanalmente y a diario recibe una enfermera especializada para chequear su estado de salud.



No estamos satisfechos con estos datos porque se debe promover en la población el respeto y cuidado hacia los ancianos, educar a los más jóvenes en normas de conductas donde expresen amor hacia sus abuelos, ayudarlos, apoyarlos, suministrar alegrías es quizás la quimera para una generación que engendró la Cuba de hoy.



“Joven ha de ser quien lo quiera ser”, reza en un popular son tradicional pero en el mundo globalizado de hoy, a ese estribillo se le debe agregar: “quien lo pueda ser” porque sin garantías estatales es difícil acumular juventud.



Para los jóvenes de cabellos sin color, el deseo de una larga vida y una eterna felicidad

miércoles, 14 de octubre de 2009

Bolsa de Trabajo. Listado provisorio


Hola a todos, aquí dejo los números de algunas de las cuidadoras de adultos, a los que lean esta página les solicito que tengan a bien comentar acerca de este pequeño emprendimiento, todos sabemos que los afectos generan efectos, que lo afectivo cura pero si le sumamos además del arte de amar nuestras técnicas de cuidado seguramente nos podremos acercar al camino de la rehabilitación, de una mejor calidad de vida.
Un cariñoso saludo gente-
Eleonora

Aqui encontraran que al lado de los teléfonos las cuidadoras mencionan también los horarios posibles.

ASUNCIONA ROMERO. CEL. 1567165266- Turno noche
ROSA GARCIA CRUZ. CEL. 1532146158- Fin de semana, noches y feriados
DORA E SANCHEZ. Tel part. 35264496- CEL.1531536880- Lunes a viernes
JAZMINA CORTEZ ZEVALLOS- CEL. 1563606156 -Celular de su hijo
CARMEN ROSA ZAPATA -CEL. 1536660455- Tel particular. 4 866 3616
ADRIANA MARTINEZ- CEL 1556446820- Tel particular 42196740
SONIA- 1530212143 4 911-8804

martes, 6 de octubre de 2009

Bolsa de Trabajo


Estimados lectores, seguidores, compañeros de tareas, en esta oportunidad me dirijo a Uds., para comentarles que en pocos días figurara en el Blog un Listado de Auxiliares de Geriatría y Gerontología.
Realizo esta comunicación para todos aquellos que necesiten incorporar un cuidador para su adulto mayor. Las personas que apareceran en este listado se han recibido en el Centro de Formación Profesional Nº 26.
Un saludo afectuoso.
Eleonora Carrazco

jueves, 1 de octubre de 2009

Dia Internacional de las personas de Edad


En todo el Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento, 2002 se plantean varios temas centrales que están vinculados a esas metas, objetivos y compromisos, entre ellos:
1. La plena realización de todos los derechos humanos y libertades fundamentales;
2. El envejecimiento en condiciones de seguridad, lo que entraña reafirmar el objetivo de la eliminación de la pobreza en la vejez sobre la base de los Principios de las Naciones Unidas en favor de las personas de edad;
3. La habilitación de las personas de edad para que participen plena y eficazmente en la vida económica, política y social de sus sociedades, incluso mediante trabajo remunerado o voluntario;
4. Las oportunidades de desarrollo, realización personal y bienestar del individuo en todo el curso de su vida, incluso a una edad avanzada, por ejemplo, mediante la posibilidad de acceso al aprendizaje durante toda la vida y la participación en la comunidad, al tiempo que se reconoce que las personas de edad no constituyen un grupo homogéneo;
5. La garantía de los derechos económicos, sociales y culturales de las personas de edad, así como de sus derechos civiles y políticos, y la eliminación de todas las formas de violencia y discriminación contra las personas de edad;
6. El compromiso de reafirmar la igualdad de los sexos en las personas de edad, entre otras cosas, mediante la eliminación de la discriminación por motivos de sexo;
7. El reconocimiento de la importancia decisiva que tienen para el desarrollo social las familias y la interdependencia, la solidaridad y la reciprocidad entre las generaciones;
8. La atención de la salud, el apoyo y la protección social de las personas de edad, incluidos los cuidados de la salud preventivos y de rehabilitación;
9. La promoción de una asociación entre el gobierno, a todos sus niveles, la sociedad civil, el sector privado y las propias personas de edad en el proceso de transformar el Plan de Acción en medidas prácticas;
10. La utilización de las investigaciones y los conocimientos científicos y el aprovechamiento del potencial de la tecnología para considerar, entre otras cosas, las consecuencias individuales, sociales y sanitarias del envejecimiento, en particular en los países en desarrollo;
11. El reconocimiento de la situación de las personas de edad pertenecientes a poblaciones indígenas, sus circunstancias singulares y la necesidad de encontrar medios de que tengan una voz eficaz en las decisiones que les afectan directamente.
12. La promoción y protección de todos los derechos humanos y libertades fundamentales, incluido el derecho al desarrollo, es esencial para la creación de una sociedad incluyente para todas las edades, en que las personas de edad participen plenamente y sin discriminación y en condiciones de igualdad. La lucha contra la discriminaci ón por motivos de edad y la promoción de la dignidad de las personas de edad es fundamental para asegurar el respeto que esas personas merecen. La promoci ón y protección de todos los derechos humanos y libertades fundamentales es importante para lograr una sociedad para todas las edades. Para ello, la relación mutua entre las generaciones debe cultivarse, acentuarse y alentarse mediante un diálogo amplio y eficaz.
13. Las recomendaciones para la adopción de medidas se organizan con arreglo a tres orientaciones prioritarias: las personas de edad y el desarrollo; fomentar la salud y el bienestar hasta llegada la vejez; y crear entornos propicios y favorables. El grado de seguridad de que gocen las personas de edad en sus vidas depende muy considerablemente de los progresos que se hagan en esas tres direcciones. Las orientaciones prioritarias tienen por objeto guiar la formulación y aplicación de políticas hacia el objetivo concreto del ajuste con éxito a un mundo que envejece, y en el que el éxito se mida en función del mejoramiento de la calidad de la vida de las personas de edad y de la sustentabilidad de los diversos sistemas —tanto estructurados como no estructurados— en que se funda el bienestar de que se goce en todo el curso de la vida.
14. Es indispensable incorporar la cuestión del envejecimiento a los programas mundiales. Hace falta un esfuerzo concertado para adoptar un enfoque amplio y equitativo en materia de integración de políticas. La tarea por realizar es vincular el envejecimiento con otros marcos del desarrollo social y económico y con los derechos humanos. Si bien las políticas concretas han de variar según los países y regiones, el envejecimiento de la población es una fuerza universal y tiene tanto poder para moldear el futuro como la mundialización. Es indispensable reconocer la capacidad de las personas de edad para hacer aportes a la sociedad no sólo tomando la iniciativa para su propio mejoramiento sino también para el perfeccionamiento de la sociedad en su conjunto. Un pensamiento progresista reclama que aprovechemos el potencial de la población que envejece como base del desarrollo futuro.

martes, 29 de septiembre de 2009

Adultos Mayores en el Borda


Talleres en el Borda, extraña especialización que requiere una apuesta a otro ordenamiento de los sentidos, generar otra música, otra mirada, abrir otro espacio, dimensiones diversas aparecen en ellos, en nosotros.
Se elimina entonces el interrogante de si es posible, se parte de la concepción de que podran esos dedos hilar otras redes, que esas palabras encontraran un cuenco, esos dibujos la significación de expresar que si es posible un atisbo de alegría.
La alegría que produce en todo sujeto la creación. Los adultos mayores allí más allá de sus patologías pueden vencer el aislamiento, la pasividad, ganarle centímetros a la abulia, paralizar la apatía.
Comunican sus estados, los pintan, los amasan, los danzan, los palmean, y encuentran un equipo sostén, un equipo soporte que los mira a los ojos en un abrazo ininterrumpido.
Es interesante observar como incluso en la psicosis, en los sindromes depresivos, en la demencia asociada a alcoholismo, en las esquizofrenias, observar que más allá de los diagnósticos diferenciales todo sujeto necesita ser escuchado, ser comprendido.
Entonces los talleres funcionan tratando de trazar nuevas huellas, generar nuevas marcas.
Si bien en los servicios los grupos son heterogéneos dirijo en este caso mi mirada a los adultos mayores que hace años están en el Borda. Cada vez que el equipo ingresa, ingresa también en el hallazgo de encontrar el deseo, deseo que aparece en los que tienen mucha o poca movilidad, los que se han quedado sin palabra, o aquellos que repiten su letanía.
Es ahí donde nos llevan por los largos pasillos para mostrarnos lo que realizan en otros talleres, es cuando se renueva la promesa de volver a vernos. Ahí hay verdad, en ese entusiasmo inicial cuando programamos una salida al parque, un partidito de fútbol, una kermesse, un taller de plastica o comunicación, o vemos cine.
A eso apuntamos: a que ese día se torne sin pena, a que se levanten para alguna tarea o sentido, nos ayudamos mutuamente pienso a crear sentido en este lugar que es un símbolo de todo lo que está enfermo aqui o alla, dejando las fronteras de lado.
Ingresamos en otra realidad, diferente; seguramente, nos disociamos y somos diferentes en ese marco, pero también es cierto que para estar en ésta hay que hacer constantes ajustes. La pobreza, la marginación, la injusticia, la falta de redes, de vínculos generan enfermedad, afuera del Borda la tristeza crece si no se logra algún cometido para abordar de una buena vez las causas que la refuerzan.
En el Borda encontramos adultos mayores que podrían estar con sus familiares, pero han sufrido la retroalimentación de la enfermedad debido a la patología social que se traduce en el abandono sistemático, en la renuncia a utilizar algún recurso, o en solicitar ayuda para aliviar a ese familiar.
Uno no puede dejar de pensar en la anestesia que ha producido a través del tiempo este abandono, no puede dejar de pensar en los efectos de esta renuncia de los otros en la salud del paciente.
Todo para decir que es posible generar algún albergamiento, buscar el brillo de las resonancias en aquellos gestos que dejamos, mirar es implicarse.
Y algunos cambios, aunque pequeños, diminutos avanzan. Como voces diciendo aquí estamos.

martes, 11 de agosto de 2009

Anònimo una meditaciòn con el ser humano

embriagado de extrañeza, vacilante, lúcido,
reposas en erecta quietud
la incontable edad del ser humano.
blanca vejez, transparente infancia, oscuro útero.

caudaloso río. vértigo. silencio.

el cuerpo respira misterio.
la quietud se oculta tras la piel.
lo sagrado no demanda bendiciones.

tiemblan las hojas las caricias del viento.
sol y sombra resplandecen.
hay música, escuchas,
hay danza en el árbol elegido.

embriagado de barro y fuego,
embriagado de encendido viento,
escuchas humanas soledades en cuerpos devastados,
escuchas rígidas sorderas, intolerables necedades.

el grito fracasa, impotente.
la mano es sutil viento sobre la piel herida.
cerca el hombre, tan cerca, tan dentro de su hermano.
conjunción de carne enamorada.


fragmento de "anónimo-una meditación con el ser humano"
pm - mónica palla y daniel marino
otros poemas www.poemas-pm.blogspot.com

viernes, 10 de julio de 2009

Eduardo Galeano


En los últimos años, la Abuela se llevaba muy mal con su cuerpo. Su cuerpo, cuerpo de arañita cansada, se negaba a seguirla.
Menos mal que la mente viaja sin boleto - decía.
Yo estaba lejos, en el exilio.
En Montevideo, la Abuela sintió que había llegado la hora de morir. Antes de morir, quiso visitar mi casa. Con cuerpo y todo.
Llegó en avión, acompañada por mi tía Emma. Viajó entre nubes, entre olas, convencida de que iba en barco; y cuando el avión atravesó una tormenta, creyó que andaba en carruaje, a los tumbos, sobre el empedrado.
Estuvo un mes en casa. Comía papillas de bebé y robaba caramelos. En plena noche se despertaba y quería jugar al ajedrez o se peleaba con mi abuelo muerto hacía cuarenta años. A veces intentaba alguna fuga hacia la playa, pero se le enredaban las piernas antes de
llegar a la escalera.
Al final, dijo:
- Ahora, ya me puedo morir.
Me dijo que no iba a morirse en España. Quería evitarme los líos burocráticos, el traslado del cuerpo y todo eso: dijo que ella bien sabía que yo odiaba los trámites.
Y se volvió a Montevideo.
Visitó a toda la familia, casa por casa, pariente por pariente, para que todos vieran que había regresado de lo más bien y que el viaje no tenía la culpa. Entonces, a la semana de llegar, se acostó y se murió. Los hijos echaron sus cenizas bajo el árbol que ella había elegido.

A veces, la Abuela viene a verme en sueños. Yo camino al borde de un río y ella es un pez que me acompaña deslizándose, suave, suave, por las aguas.

Eduardo Galeano - El libro de los abrazos

miércoles, 27 de mayo de 2009

Derecho a la protección integral

Todas las personas de la Tercera Edad tienen derecho a la protección integral por parte de su familia.


Adultos mayores sin cobertura previsional en Argentina: de la negación de su visibilidad a la posibilidad de su construcción como problema social. Una mirada desde el Trabajo Social.
Este artículo trata una situación de invisibilidad, por la negativa, por aquello que no ha llegado a constituirse como problema para la sociedad. Esto plantea en un primer momento la necesidad de analizar qué es lo que hace que una cuestión y no otra se constituya como problema para la sociedad. Y en un segundo momento la cuestión concreta de los adultos mayores sin cobertura previsional como población invisible o invisibilizado desde las tomas de posición que desde el Estado se concretan en diferentes políticas.

La producción bibliográfica acerca de la cuestión de los adultos mayores sin cobertura previsional son escasas ya que se ha constituido una formación discursiva hegemónica que iguala tercera edad a jubilados. Siendo muy extensa la literatura sobre la tercera edad que ha estudiado los problemas socio- sanitarios, los programas destinados a su atención ésta se han detenido en los jubilados y pensionados. Son numerosos los estudios sobre el sistema de seguridad social. Pero son muy escasos los trabajos sobre la población de adultos mayores excluída del sistema de seguridad social. Si es importante remarcar algunos trabajos que claramente distinguieron el sistema de seguridad social de la cobertura que este presenta. El interés que presentan estos trabajos es la consideración de la población excluída del sistema previsional.

En esta formación discursiva hegemónica se ha anudado el significante tercera edad al significado jubilados. Por lo cual las personas de la tercera edad que no han accedido a la jubilación se han transformado en un “otro”, invisible. Invisible para los beneficios que desde las políticas públicas se generan. Invisible en el discurso de los actores en los que se ha encarnado esta formación discursiva hegemónica.

Desde el punto de vista metodológico, este artículo se vale del análisis político de las formaciones discursivas hegemónicas, cuyo objeto es la articulación entre discurso y hegemonía en la producción de condiciones/problemas sociales y la constitución de sujetos. Resulta necesario atender a los significativos aportes de Ernesto Laclau acerca del análisis político del discurso. Lo que Ernesto Lauclau y Chantal Mouffe denominan “formación social”, en cuanto referente empírico, va transformándose y constituyéndose, por la mediación del discurso y de un mundo de significaciones, en una “formación hegemónica”, un orden total que articula diferencias propias del referente empírico y que va produciendo estatutos (que van conformando un orden de discurso hegemónico). La consecuencia directa de una formación hegemónica, es el establecimiento de verdaderas fronteras que a la vez le permiten significarse a sí misma, al constituir cadenas de equivalencias que construye aquello que está más allá de sus propios límites como algo que esa formación hegemónica no es. De modo que si bien existen diferencias en la formación social, en tanto referencia empírica, esas diferencias no están designadas sino como algo que está más allá de los límites de la formación hegemónica. Esto quiere decir que donde hay límites (considerando una formación social) la formación hegemónica establece fronteras. Para Laclau, las fronteras de las formaciones hegemónicas se producen en la medida en que se establecen cadenas de significados, donde la posibilidad (determinados significados posibles) deviene necesidad (esos significados se hacen necesarios, excluyendo otros). Esos significados están articulados entre sí en la formación hegemónica. El término “articulación” no alude a un acoplamiento (a la manera de los vagones de un tren) sino que alude a la interinfluencia y la intermodificación entre determinados elementos. Sostienen Laclau y Mouffe que la articulación establece una relación tal entre elementos, que la identidad de estos resulta modificada como resultado de ella; y que el discurso, precisamente, es la totalidad estructurada resultante de la práctica articulatoria.

Lo que queda fuera del orden de discurso hegemónico, es decir (en términos de Laclau) los elementos diferentes que no se articulan discursivamente, pero que constituyen una referencia empírica, muchas veces es producido como objeto de “pánico moral”. El pánico moral es uno de los efectos más inmediatos de la totalización discursiva hegemónica, que hace que el soslayo del “otro” sea a la vez productivo: es la producción de un imaginario de amenaza, y por tanto de rechazo, de una condición sociocultural, de acontecimientos o episodios, de grupos o personas, frente a los cuales la ideología pretende sensibilizar moralmente a toda la sociedad . Pero otros tantos elementos terminan siendo no pensados, no dichos, como si no existieran. De modo que las cadenas de equivalencias en la producción de una determinada formación hegemónica, terminan por sobrepasar e incluso perder la referencia empírica, contribuyendo a la producción de condiciones y de problemas sociales determinados.

Un novedoso aporte sobre esta problemática lo realiza Slavoj Zizek, de la escuela lacaniana eslovena, cuya reflexión es esencialmente filosófica y política. De esta manera, aparece en Zizek un nuevo elemento a tener en cuenta en el análisis político de las formaciones discursivas hegemónicas: la articulación entre interpelaciones y reconocimientos. De modo que el discurso hegemónico va produciéndose al interpelar a los sujetos (constituyendo sus intereses, sus problemas), y los sujetos se “reconocen” como tales en esa interpelación (aunque este sea un reconocimiento falso).

Entonces desde el punto de vista metodológico a partir de considerar un análisis político del discurso, se analiza como la construcción de un problema social va conformando un andamiaje discursivo. En este artículo se intenta plantear como diversos factores han incidido en , la no constitución de los adultos mayores sin cobertura previsional como problema social y por lo tanto como sujeto de las políticas públicas. Siguiendo a Landi según quien “un tema se convierte en problema cuando se transforma en pregunta para la sociedad” Esta pregunta se podría expresar en ¿Qué es lo que ha hecho que las condiciones materiales de vida de los adultos mayores sin cobertura previsional en la Argentina no se hayan constituido como problema?
Por Marcelo Ponce Nuñez, Encuentro Popular

viernes, 22 de mayo de 2009

La abuela blogera

Nada como la desolación para pintar el efecto del corte de una conexión. Lo que se corta es un hilo vital. […] La verdadera crisis es la desconexión, escribí hace poco, en otro lado.  

En una red los enlaces devienen dedos de manos infinitas que te dejan saber que ahí está el otro. Los otros. Sin embargo no te dicen qué hacer con eso. Ese dato no está en la red. Está en cada uno. La Red no tiene sentido si tú no lo tienes. Como en la parábola de la piedra de sopa, cada quien porta lo propio: lo que sabe, lo que es y lo que hace. La Red lo aloja y permite que esté disponible para todos.

María Amelia se fue. Se desconectó definitivamente de la vida el 20 de mayo pasado a los 97 años. Esta viejecita que decía de si misma: no tiene mérito ninguno, mostró al mundo que la vida, en última instancia, es lo que hacemos contra muerte. Y eso es lo que nos trasciende, porque -ya lo decía el Mago Merlín- la única muerte es el olvido.
23/12/2006 - Amigos de Internet, hoy cumplo 95 años. Me llamo María Amelia y nací en Muxía (A Coruña) el 23 de Diciembre de 1911. Hoy es mi cumpleaños y mi nieto como es muy cutre me regalo un blog. Espero poder escribir mucho y contaros las vivencias de una señora de mi edad.
Y no solamente escribió mucho. Encontró adentro suyo la pasión para hacerlo, para disputarle al cansancio y a la tristeza los últimos tramos del camino. Casi 1.600.000 visitas hablan de eso.
... y mi vida cambió... ahora me puedo comunicar con todo el mundo. 
Desde ese día he tenido visitas de blogueros de los 5 continentes que me alegran la vejez.

En todos los cinco continentes salió que yo era una bloguera internacional. Hasta de Rusia. Yo me quede pasmada, que desde Rusia vinieran a verme, a una viejecita que no tiene mérito ninguno.
La abuela blogera se ganó el Premio BOBs 2007 al mejor blog escrito en español :
María Amelia arrasa. Pendiente de las últimas votaciones del público, que otorgan su propio galardón, el jurado de los BOBs ha elegido su bitácora, A mis 95, como el mejor blog en español. Ha vencido a clásicos de la red como Mangas Verdes, Microsiervos o Manifestódromo. María Amelia, a todo esto, tiene 95 años y es una de las blogueras más ancianas del planeta.
"Conocíamos blogs de otros países cuyos autores se juegan la vida para escribir en ellos, bitácoras de temática periodística, otras especializadas en tecnología, pero cuando nos llegó su referencia, nos dimos cuenta de que era algo distinto: una brisa de aire fresco en el mundo de los blogs", explica José Luis Orihuela a ADN.es desde la ceremonia organizada para hacer públicos los galardones.
Como miembro del jurado, Orihuela explica que A mis 95 se ha merecido el premio por la originalidad en el planteamiento del blog, así como por su "mensaje de esperanza para la tercera edad, que en muchas ocasiones ve la tecnología con temor y adversión".
Ayer, finalmente, alguien ha debido escribir el post más difícil.
Su familia, nuestra familia, os queremos agradecer a todos vosotros estos 880 días de blog que la hicieron muy feliz, estas muestras de cariño y este apoyo fundamental para que disfrutase como nunca de sus últimos años.

[...] Este blog se acaba aquí pero continuará en otro formato allá donde ella esté. Será un formato diferente, que aún no podemos leer. Pero tened claro que todos, tarde o temprano, lo acabaremos leyendo.

Disfrutad de la vida y de los abuelos
La Vida, la Red, esa que se se apaga y se enciende miles de veces por segundo en diferentes lugares del planeta, sigue haciendo su trabajo.


Daniel I. Krichman: El Tilo de Olivos

martes, 12 de mayo de 2009

Somos Uterumbas. Alfredo Moffatt


Para muchas personas negar la edad es una tontería, este es el caso de Alfredo Moffatt -yo tenía miedo a esta etapa que empieza después de los sesenta años. Ahora, que más o menos estoy instalado en ella me doy cuenta que se me ha simplificado la vida, y la mayor de las cosas que antes me preocupaban, ahora creo que son boludeces, pero quedó lo esencial: el amor, los hijos, la justicia social, la solidaridad -y también el dulce de leche y la crema chantilly...-
Esta edad no está tan mal, el tema de la muerte siempre angustia, pero yo creía que iba a ser peor. Es una tontería hacerse el pendejo, fijense si tuviera que ir al gimnasio, sería todo un laburo y no podría gozar de esto de hacerme el filósofo. Cuando cumplí sesenta años hice una fiesta en la escuela. Y dije: tengo dos caminos, o me convierto en un viejo sabio, o en un viejo pelotudo. Lo último me pareció aburrido. Cuando no asumís la edad, no gozás ni la una ni la otra.
El temor a la vejez hace que la ocultemos, que sea considerada como algo indigno, a ocultar en un geriatrico porque ya no servimos más.
Acá en la Argentina tenemos la cultura de Mirtha Legrand, pobre Mirta, para conservar la juventud debe usar una máscara de cirugía y no está gozando de esa edad.
Cuando estuve en EE.UU. había una actriz que había sido muy famosa Bette Davis, que ya estaba muy viejita y tenía el rostro con las arrugas del tiempo. Era conductora y tenía un programa muy respetado, en el que podía decir cosas sabias, porque estaba cómoda en esa edad, era creíble.
También en Italia, estando en una plaza de Roma, pude ver que estaban todos los viejitos -los respetados nonos- jugando a las cartas y tomando Cinzano con gran dignidad y la gente iba a preguntarles cosas. El que vio la película hasta el final sabe perfectamente cómo es, y puede avisarle a los otros cómo viene la mano de la vida.
Pero en Argentina, cuando llegás a esta etapa, te meten en un geriátrico y no aprovechan la historia, que es necesaria para construir el futuro.
En el Amazonas no hay jubilación de viejos. Yo fui hace muchos años de aventurero, con mochila y bolsa de dormir, y ahí estaban los viejitos de la tribu mirando el río Xingú que desemboca en el Amazonas. Y pensé: ahí está la Biblioteca Nacional... uno sabía de partos, otro de canoas, otro de plantas medicinales, a ellos los cuidaban mucho, porque eran los transmisores de la sabiduría, no había transmisión escrita -se moría el de las canoas y tenían que cruzar nadando-. Tenían una dignidad como los que vi en la India. Allí, en el proceso de vida, se respetan todas las etapas.
En estos países de la cultura occidental, tecnológica, donde lo que no es nuevo hay que tirarlo, lo mismo se hace con los seres humanos, y eso es una tontería. En la cultura norteamericana todos tienen que ser jóvenes y lindos.
... En nuestro país la vejez está desvalorizada, los viejos son marginados, el cambio social fue tan brusco que su experiencia habla de una Argentina que perdimos, si terminan en el geriátrico, los tratan como chicos, los retan y los humillan, se deprimen y aparecen todas las enfermedades que tienen que ver con las bajas defensas.
En cambio, en las sociedades más sanas, ésta es una época muy rica, porque es la de la reflexión, que es parecida al juego y la creatividad, pero ya después de haber visto la película entera y haberla entendido. Es como el que viajo mucho y ahora puede ver el panorama del viaje.
..Los humanos somos todos de la tribu de los Uterumbas, porque vamos del útero a la tumba.
Se puede estar en cualquier edad, incluso setenta, ochenta años, y el que tiene un proyecto se aleja de la muerte. Eso lo vi en Pichon anciano, él decía: la muerte está tan lejos como grande sea la esperanza que construimos, el tema es la construcción de la esperanza. ¿Cómo la podés construir? si esa historia tiene sentido y se arroja hacia adelante como esperanza. Padres que no le tienen miedo a la muerte hacen hijos que no le tienen miedo a la vida.

Extractado de Terapia de Crisis, La emergencia psicológica.
Alfredo Moffatt.

sábado, 25 de abril de 2009

Articulo aparecido en Pagina 12, Buenos Aires, Argentina

La familia atada
Por Rodrigo Fresán
Desde Barcelona
UNO El otro día vi por la televisión a un abuelo desesperado. ¿Alguna vez han visto a un abuelo desesperado? Es algo terrible de ver. Es como ver a un padre desesperado... pero peor. El hombre miraba a cámara y con la más seria de las sonrisas que uno pueda imaginar (imagínenla ustedes; porque yo la vi y todavía me estoy reponiendo de semejante visión) decía algo así: “Sólo quiero que cualquier día de éstos me atropelle un auto y quedar en coma. Por dos o tres meses. Y después de ese tiempo recuperar la conciencia sin consecuencias graves. Volver a ser el que era, llevar el mismo tipo de vida. Pero de verdad: les juro que necesito descansar un tiempo. Ya no aguanto más esto de tener a los nietos todos los días en casa, desde la mañana a la noche y otra vez a la mañana y...”. Y el abuelo desesperado, en serio, seguía sonriendo. El abuelo desesperado –quien todos los días se desayuna con alguna nueva noticia sobre el aumento de expectativa de vida para los ancianos– sólo quería poder descansar en paz sin tener que llegar al extremo de morirse.
DOS Pero parece que no se puede. Adiós a esos crepúsculos lentos y dulces y a esas propagandas donde se mostraba a parejas de modelos canosos y esbeltos caminando junto a una playa o corriendo por los prados, redescubriendo el amor de volver a vivir y disfrutar del júbilo de la jubilación como premio al deber cumplido. Y en España –y supongo que en el mundo– no deja de hablarse del tema entre susurros vencidos y alaridos derrotados. “El síndrome del nido lleno”, titulaba una doble página de La Vanguardia hace unas semanas. Y allí se mencionaba un estudio con título en versito, “La generación de la transición: entre el trabajo y la jubilación”, que determinaba que un 69 por ciento de los padres españoles de entre 60 y 70 años tiene contacto diario con sus hijos independizados –el doble de la media europea–, el 40 por ciento todavía tiene a algún hijo viviendo con ellos y un 48,3 con hijos todavía no emancipados (léase: “Papi, mami... Les dejo a los chicos para que les den de comer y los bañen, pero antes de todo eso no vayan a olvidarse de pasar a buscarlos a la salida del colegio y aquí sobre la mesa les dejé el frasco de píldoras para la memoria”). Para aquellos que les gusta tanto coleccionar porcentajes, aquí van algunos más, explicando en detalle las actividades de casi la mitad de los entrevistados para el estudio en cuestión: el 30 por ciento ayuda a sus hijos cuidando a los nietos en el domicilio propio, un 13 en el de los hijos, un 28 los lleva o los recoge del colegio, un 17 les sirve el desayuno y un 14 se encarga de la cena. Y la cosa se complica más cuando se revela que el 13 por ciento de los padres mayores de 65 años tienen, todavía, a alguno de sus progenitores aún vivo y requiriendo de cuidados y atenciones varias. Esto ubica a España en un poco honroso primer puesto europeo a la hora de seguir –no es lo mismo la familia unida que la familia atada o constantemente reunida– aquel lema dominguero que aullaba Carmelo Campanelli una vez alcanzada la breve tregua de los ravioles: “Lo primero es la familia”. Y lo segundo y lo tercero y lo cuarto también.
TRES Así, la familia ya no es lo que era. O mejor: su curso se ha visto alterado en los últimos tiempos. Así, la familia como entidad golpeada por el estallido radiactivo de algún accidente de laboratorio. La familia que se alza entre las ruinas como una criatura mutante que ya no es y nunca volverá a ser lo que era. La familia como algo con demasiados cuerpos y cabezas y todos juntos en unos pocos metros cuadrados, como en aquel cuento de Ballard, a quien tanto extrañaremos su mirada extraña y cada vez más normal en este mundo cada vez más ballardiano. El testimonio del abuelo antes mencionado es, apenas, la punta de un iceberg contra el que chocan y naufragan todas las expectativas. Es decir: los que por fin, no hace mucho, se habían ido en busca de grandes aventuras vuelven vencidos a la casita de los viejos; los que se habían ido hace tiempo resulta que ahora se separan. Otros, más cautos, deciden pensárselo un poco: la cosa no está como para andar dividiéndose. Imposible financiarse una nueva casa y seguir pagando la anterior. Y está el tema de los chicos, de traerlos y llevarlos de un lado para otro. Así es como ha ido descendiendo el índice de divorcios por estos lados. Por primera vez en diez años. O tal vez la cosa tenga que ver con el hecho de que muchos flamantes separados –habiéndose independizado cerca de las cuatro décadas de edad– ya no tienen padres que puedan cuidarles los hijos o casitas de los viejos a los que retornar. O, quizás, los viejos padres –sabiendo que en cualquier momento mutarían a abuelos full time y todoterreno– se apuntaron al programa de protección de testigos del FBI y cambiaron nombre y domicilio y rostro para ya nunca ser encontrados por sus vástagos y por los vástagos de sus vástagos.
CUATRO Y hasta hace poco –en tiempos de bonanza de espejismo pero de bonanza al fin– las estadísticas decían que la edad promedio en la que un hijo español dejaba la casa de los padres españoles era la de unos 36 años, verano más o verano menos. Parece que los quieren mucho o que están cómodos. El 51 por ciento de los hombres y el 50 de las mujeres con ingresos suficientes como para vivir solos deciden quedarse un ratito más junto a papi y mami. De este modo –explican sociólogos y psicólogos– la infancia se acorta (la media debuta sexualmente a los 16 años y 10 meses) pero la adolescencia se alarga. Mucho. Así, la edad del pavo se convierte en la edad del pavo irreal. Así, hasta hace poco uno salía a conocer mundo a eso de los 36 años promedio porque no se podía comprar piso propio (¿qué es esa vulgaridad de andar alquilando por ahí cuando se puede ser copropietario de la vivienda paterna?) y ahora, en tiempos de crisis, la cosa se ha complicado todavía un poquitito más y aquellos educados por una sociedad consumista para el consumo se descubren súbitamente consumidos. La contracción de créditos bancarios ha generado lo que ya comienza a conocerse como Generación Cero. Y si antes se quejaban los Mileuristas, los Chicos y Chicas Cero –los más preparados y con más estudios de la historia ibérica– darían cualquier cosa por tener trabajo. España es también –con el 31 por ciento y sumando– líder europeo en desempleo juvenil. De ahí que haya tanto tiempo libre y pocas actividades gratuitas. De ahí que, seguro, los padres les recuerden todo el tiempo a sus ya casi marchitos retoños que se tomen la píldora, que no vayan a salir sin profilácticos, que mejor se hagan una vasectomía o se aten las trompas o lo que sea. No vaya a ser que cualquier noche de éstas sus hijos les consigan trabajo de abuelos.
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viernes, 24 de abril de 2009

Dr. Ramón Carrillo, precursor de la Gerontología


En 1906 nace, en Santiago del Estero, Ramón Carrillo, tan solo diez años más tarde escribe Glosa a los servidores humildes, esto da cuenta de una sensibilidad y una mirada desde tan temprano que extiende a los mayores, que llama la atención e impulsa a conocer, a investigar, acerca del modelo de envejecimiento con el que se identificaba, que habla incluso del contexto de su tierra natal y de esa preocupación que ya de tan joven lo motiva a hacer una aclaración entre paréntesis que abogue por un amparo a la vejez.
De esta manera, en un ambiente en que los derechos de asistencia social y médica para un sector específico ni se nombraban, Carrillo puntualiza una demanda y se hace eco con un sentido profundamente humanista que sostendrá a lo largo de toda su vida.
Sienta además las bases de previsión social, por las que será reconocido.
En 1929 con su flamente título de doctor se especializará en neurocirugía, estudiante ejemplar de dieciocho horas diarias, recibe como premio la medalla de oro por ser el mejor promedio de su promoción.
Viaja a Europa, asiste a Congresos, es nombrado en el exterior por sus investigaciones, escribe, publica, hasta que lo encontramos en 1946 desempeñándose como titular de la Secretaría Pública de la Nación.
El Dr. Germán Rodríguez lo califica como el mejor sanitarista que ha dado la Argentina.
Pionero en reemplazar las historias clínicas por historias sociales, de una medicina que propone desde sus fundamentos ver al sujeto en situación, ensanchar la mirada, visualizar al hombre no sólo desde la biología sino desde una perspectiva biopsicosocial, afirmando de esta manera que un hombre es mucho más que su biología.
Esta comprensión del ser humano, del contexto del que emerge, del orden socio-histórico que lo determina, lo fragmenta, lo sujeta a la crisis y lo enferma, le permite elaborar un Plan Analítico de Salud, un plan integral que entre tantos caminos propone en 1947 la fabricación de penicilina en el país y sobre todo a muy bajo costo.
Esta misma carrera puesta al servicio del pueblo, hace que diseñe los centros materno infantiles que redundarán en un marcado descenso de la mortalidad infantil.
Sería imposible dejar constancia del legado de este gran hombre, un libro El Olvidado de Belem de Daniel Chiarenza, refleja su vida y su obra surcada por una pasión obsesiva por la salud de la gente.
Por último, hacemos mención porque se lo ha considerado un precursor de la Gerontología, con el agregado de poseer irrefutables conocimientos sobre envejecimiento celular.
Textualmente manifiesta Carrillo:
La lucha contra la vejez es una lucha contra las enfermedades sobrecargadas al mero hecho de vivir. En el fondo es una lucha contra el tiempo. Se trata de que las enfermedades no lleguen antes de la hora o, de ser posible, que no lleguen nunca y que la vida dure lo que la biología preceptúa que debe durar.
Para Carrillo la vida humana es más larga de lo que se cree, si está limitada es por la incidencia de factores intrínsecos y extrínsecos producto de la convulsión que implica para la vida humana el desarrollo de la civilización moderna.

sábado, 11 de abril de 2009

Actuación Importante


Está anunciado para el sábado 2 de mayo la actuación de una cantante en el escenario del Luna Park.
No es una estrella del rock, aunque si ella cantara rock, lo vestiría de fiesta.
Tengo muy buen oído para la música, y les puedo asegurar que esa actuación será un lujo. No es una cantante extranjera, es nuestra.
La fuerza de su expresión, la suavidad de su lento trémolo que aparece, como debe ser, al final de las notas largas, su afinación, certifican que tiene estilo y experiencia.

Se habrán dado cuenta de que me gusta su canto, que es toda una profesional actual.

Ustedes pensarán que hay varias cantantes que pueden encajar en esta descripción.

Pero ninguna, como ésta, tiene una edad de 98 (noventa y ocho) años. Estoy hablando de Nelly Omar.

Y va a cantar en el Luna Park.


Leo Rambaut.

miércoles, 8 de abril de 2009

Nota de Nora Bar. Comentario Leo Rambaut

Cómo llegar a los cien años.

Es sabido que, según las proyecciones, la proporción de personas de más de 60 años que componen la humanidad no está en disminución, sino en franco crecimiento. En 2050 ese grupo podría llegar a incluir nada menos que a casi la tercera parte de la población mundial, 2000 millones de individuos.
Pero permítanme un alarde de optimismo: al paso que vamos, pronto podremos "eliminar" la ancianidad. Los "viejos" ya no quieren ser "viejos".
Los "adultos mayores", como ahora estilamos llamarlos (al menos los que tienen el privilegio de poder elegir su estilo de vida), cada día se resignan menos a estar lejos de la "acción". México acaba de inaugurar una universidad para "ancianos" donde se imparten materias como matemática, economía, finanzas, informática, idiomas, derecho, danza, gimnasia, literatura, historia universal, historia del arte, filosofía y otras.
Ayer, nos enteramos con inevitable incredulidad del rescate de María D´Antuono, que, a los 98 años, había transcurrido 30 horas bajo los escombros luego del sismo registrado en Italia... tejiendo. El lunes, Gertrude Baines, una norteamericana nacida en Georgia y en estos momentos la persona de más edad del mundo, cumplió 115 años. Y no está sola. Los gerontólogos ya crearon un sustantivo para los que se atreven a una hazaña semejante: supercentenarios.
Sin embargo, si hubiera que mencionar un solo nombre que reúna en sí mismo todo lo que se puede hacer de una vida si se ejerce una vitalidad envidiable, ése sería el de Rita Levi-Montalcini.
Levi-Montalcini, descubridora del factor de crecimiento nervioso, se convertirá dentro de quince días en la primera premiada con el Nobel que llega a los 100 y todavía mantiene una actividad que asombra.
Todas las mañanas, impecablemente vestida y arreglada, se dirige al Instituto Europeo de Investigación del Cerebro que lleva su nombre, en las afueras de Roma. Por la tarde, se ocupa de la fundación que creó hace quince años para impulsar la educación de las mujeres africanas. Y como senadora vitalicia, cargo que le otorgó en 2001 el presidente Ciampi, lucha por causas sociales y por la defensa de la ciencia italiana. Los científicos jóvenes la consideran "una inspiración", del mismo modo en que lo son, en la Argentina, Christianne Dosne de Pasqualini, a los 89, y Gregorio Klimovsky, a los 86, y que lo fue el recordado Manuel Sadosky, hasta los 91.
Compromiso con los más vulnerables, pasión por lo que se hace y voluntad de trascendencia... Qué gran receta para llegar a los cien años...
Por Nora Bär

Creo que lo importante no es sólo llegar a los cien años, sino llegar en buena forma. Siempre tengo presente a la abuelita paterna de mi primera esposa, a la que pude conocer alrededor de 1950. Llegó a los 114 años de edad, pero lo hizo con una salud admirable. Vivía sola, se lavaba su ropa y se cocinaba (poco cocido porque, decía, «muy cocido cría piojos»). Fumaba toscanos y, al sol, podía leer el diario sin anteojos. Nos contaba cosas de su juventud, entre ellas de cuando Sarmiento era Presidente.

En la década del '50, la revista Selecciones ya aseguraba que USA en algún momento no lejano iba a poner el primer satélite artificial. Terminó ganándole la Unión Soviética en 1957. También prometía que a continuación, sus astronautas llegarían a la Luna. Pero la abuelita se ponía furiosa si uno le comentaba algo de eso. Sostenía que era imposible, y que si lo intentaban, Dios no iba a dejar que lo cumplieran...

Tal vez, la única cosa negativa de vivir tanto, fue que de sus siete hijos sólo quedaba vivo mi suegro, aunque ella hablaba con serenidad de los hijos ya fallecidos, tenía una filosofía de aceptación de lo que no podía cambiar.

El artículo habla de que la persona más vieja del mundo tiene hoy 115 años. No sé si esto es cierto, porque hasta hace unos años se hablaba de una zona de la Unión Soviética en la que los campesinos siempre superaban los cien años, y algunos habían llegado a pasar los 140. La ciencia los estudiaba, y parece que por lo menos uno de los factores de su longevidad y buena salud era que continuaban trabajando hasta el final de su vida. También recuerdo un aborigen peruano que había superado los 150 años, aunque en no tan buenas condiciones de salud como los campesinos soviéticos.

Hoy la ciencia promete que entre los avances de la medicina y la conservación de ciertas reglas de alimentación, el promedio de vida en buena salud podrá llegar a los 120 años para dentro de algunas pocas décadas.


Leo Rambaut

sábado, 4 de abril de 2009

La palabra engendra


Erich Fromm en la Condición Humana formulaba la pregunta acerca de que alternativa había entre la guerra y el robotismo, citaba a Emerson Las cosas tienen las riendas y manejan a la sociedad, en tal sentido para revertir tal situación postulaba que el hombre debía superar la enajenación que lo convertía en un impotente e irracional adorador de ídolos. Tal vez estaba enseñándonos que los autómatas no aman, que los hombres enajenados no se preocupan.
Los hombres son, cada vez más autómatas que fabrican máquinas que actúan como hombres y producen hombres que funcionan como máquinas, su razón se deteriora a la vez que crece su inteligencia, dando así lugar a la peligrosa situación de proporcionar al hombre la fuerza material más poderosa sin la sabiduría para emplearla.
¿Qué fuerza amorosa lo llevaba a engendrar estas palabras?
Un artículo reciente nos informa acerca de la fabricación de un robot, Saya, resultado de 15 años de investigaciones llevadas a cabo por Hiroshi Kobayasi, profesor en ciencias de la universidad de Tokio. El mismo se ocupará de tareas docentes, y también no se descuenta de que pueda servir de compañía para un adulto mayor.
La sustitución de mano de obra por estos humanoides se encuentra estimulada por el propio gobierno; esto tampoco es novedoso, la aspiración según declaran es que en el 2015, haya un robot en cada hogar. Aquí no señalamos los aspectos que también son amenazantes con respecto a la sustitución de mano de obra, en un mundo en el que se ha globalizado la carencia del pleno empleo, si bien, argumentan que lo hacen justamente debido a que dentro de site años, uno de cada cuatro tendrá más de 65 años.
Lo llamativo es pensar cómo se puede llegar a concebir que un ser humano pueda vincularse con una máquina que a lo sumo el eficiente desarrollo puede hacerla expresar sorpresa o disgusto, hasta incluso enojo.
Podríamos comenzar a pensar que es aquí donde se está originando el punto más alto de la Teoría del Desapego que postula que a medida que las personas envejecen se va generando un sistemático apartamiento de toda clase de interacción social, qué vigente resultan las teorías e ideas de tantos visionarios como Bleger que han planteado ya no saber como individuos aislados se vuelven sociales sino cómo de integrantes de una cultura,por lo tanto, de ser eminentemente sociales llegan a producirse o a resultar hombres aislados.
Estamos lejos de Japón, aquí afortunadamente tenemos personas que cuidan personas, programas que insisten en cuidar a los que cuidan, en cuidar a los que enseñan;a nadie se le ocurriría ese grado de sofisticación, de locura, a pesar de que esté todo por hacer, de que haya tanto para perfeccionar, modificar y construir.
Podríamos decir que gozamos de una fabulosa artesanía,que nuestro sentido forja una extraña raza de hombres que va con su joven mezcla de pasión y sabiduría.

martes, 17 de marzo de 2009

Envejecimiento y Discurso


¿Cuál es la relación existente entre el discurso y el proceso de envejecer?
¿Existe alguna estrategia discursiva que pueda contrarrestar los efectos que producen ciertas concepciones comunes acerca de la vejez?
Así como la realidad es un proceso dinámico, dialéctico en permanente construcción que va modelandose entre el progreso y el saboteo, realidad creada por un discurso que muchas veces debe ser reconstruido en su significado para propiciar los cambios tanto intrapsíquicos como aquellos que se originan por el devenir social.
Cuando me refiero a envejecimiento y discurso, estoy haciendo hincapié en el sujeto como productor de un discurso no sólo y para siempre producido por él.
Esta inquietud surge debido a que aún los discursos que se constituyen desde el ánimo más saludable, insisten en fijar, encasillar a la vejez haciendo de ésta un sinónimo de enfermedad.
Como si cierto espíritu de fijeza paralizara el ímpetu más creativo, el énfasis necesario que demanda todo lo que está vivo.
Cada sujeto le dará una significación de acuerdo con la posición que ocupe dentro del ciclo vital, pero nunca está demás ponerle palabras a esta impronta que también envejece al discurso, obstaculizando de esta manera el sentido de continuidad personal que cada uno tiene derecho a otorgarle a su propia vida.
No existen evidencias empíricas que avalen que la pérdida de capacidades o roles sociales, afecten el nivel de bienestar de los adultos mayores en cuestión, sugieren más bien los estudios que lo que existe es una puesta en práctica de estrategias que permiten reducir el impacto negativo.
Estrategias del orden discursivos que van por el camino de establecer una diferenciación entre el envejecimiento biológico y el envejecimiento psicológico, así como discriminación que va también en el orden del envejecimiento sano de aquel de orden patológico.
Pensando en esto, podemos decir que los adultos mayores se han ganado la posibilidad de realizar una reconstrucción de su propio discurso, esto nos permite indagar la importancia de la representación social del envejecimiento.
Todo esto no indica negar la existencia de una experiencia compartida sobre lo que el envejecimiento en sí significa en sentido genérico.

viernes, 6 de marzo de 2009

Acerca del buen morir

Vengo cruzando mails con una señora de cierta edad, a propósito de una contratapa que escribí hace unas semanas sobre “el buen morir”. En el primer mail, la señora me preguntaba si había manera de conseguir en Argentina los tres libros que yo mencionaba, pero como quedó en evidencia en el segundo mail, la pregunta era sólo una excusa para decirme que el final de mi nota le parecía altamente implausible, y de muy dudoso gusto además (yo citaba las últimas palabras que le había dicho una paciente a un amigo mío médico en un hospital, después de pedirle que se sentara a su lado y le sostuviera la mano: “Llevo un rato muerta y casi no se nota la diferencia”). “No me parece nada bien rematar con una humorada un asunto tan serio”, me decía mi corresponsal, de nombre Aída. “Y además no creo que exista ese amigo suyo médico”, agregaba sibilinamente en la posdata.
Soy de cumplir esa regla de hierro enunciada por Saul Bellow (“Nunca, bajo ningún aspecto, contestar las cartas que recibimos de lectores”), pero esta vez confieso que me solivianté. Le copié a Aída el mail de mi amigo médico, para que ella le preguntara directamente si existía o no. En cuanto a las según ella implausibles últimas palabras que cerraban mi nota, copié de memoria unos versos del poeta polaco y Premio Nobel Czeslaw Milosz (que quizá no fueran de él sino de otro polaco poeta y Premio Nobel, Zbigniew Herbert): “Hay una hora que no es aún la noche y no es ya el día, en que los muertos y los vivos pueden tocarse”.
Creí que con eso daba término a mi epistolario con Aída, pero la respuesta llegó pocas horas después: “Encontré hace un mes, en una librería acá en Rosario, un volumen muy breve de una médica inglesa llamada Iona Heath, que trabaja en un hospital de uno de los barrios pobres de Londres. El libro se llama Ayudar a morir. Pensé que usted plagiaba de ahí”. Antes de enojarme más con Aída, me di una vuelta por las librerías gesellinas y encontré sin dificultad el librito en cuestión. Empecé a leerlo de parado y todavía furioso. Una hora después, cuando me faltaban menos de veinte páginas para terminarlo, decidí que era uno de esos libros que hay que tener sí o sí, lo pagué, me lo traje a casa, me senté a la computadora y le agradecí a Aída su recomendación. “No me agradezca. Escriba sobre el libro”, me contestó.
Lo primero es lo primero, entonces: la muerte es parte de la vida, dice para empezar la doctora Heath. El gran Hans-George Gadamer, que vivió hasta los 102 años, había declarado al cumplir los cien: “Quiero estar vivo hasta la muerte. Si reducir el dolor es atontar la conciencia, prefiero el dolor. Al menos prefiero elegir yo mismo entre el dolor y la conciencia”. Samuel Beckett confesó enfurecido, antes de morir: “Es casi imposible hoy en Europa morir con dignidad, salvo que uno sea pobre”. Más del 70 por ciento de los pacientes que mueren en hospitales europeos lo hace bajo el efecto de potentes calmantes (y el 55 por ciento muere con los tubos de alimentación puestos). ¿Entonces la mejor muerte posible, hoy, sería la muerte repentina? La doctora Heath pone el dedo en la llaga cuando se pregunta si la muerte repentina es una buena muerte. Y se contesta que la mejor manera de completar la vida (y qué es una buena muerte sino eso: completar la vida) es estar preparado para morir.
Según la doctora Heath, la mente y el espíritu se adaptan a los efectos que tienen en el cuerpo la vejez y la enfermedad. Según la doctora Heath, uno no muere hasta que el cuerpo está listo para morir: a medida que decae la esperanza, crece el anhelo de paz en las personas mayores. Esa es la señal mental de que uno está preparado para morir (la tarea de los médicos es contribuir a que los tiempos corporales y mentales del paciente estén en la mayor armonía posible). Según la doctora Heath, no se muere repentinamente ni siquiera en los episodios cardíacos: hay vida después de que el corazón ha dejado de latir. Apartar la vista de los moribundos es tratarlos como si ya no perteneciesen al mundo de los vivos (y me permito recordar aquí a los lectores lo que conté la semana pasada sobre Gore Vidal, cuando llegó a la habitación donde yacía su amante de toda la vida justo en el momento en que éste había dejado de respirar: “Howard tenía los ojos abiertos y brillantes y alerta. Los pulmones y el corazón tal vez ya se hubieran detenido, pero los nervios ópticos seguían enviando mensajes a un cerebro que, como dicen los que entienden, no se apaga inmediatamente. De manera que, en el final-final, nos miramos fijamente a los ojos uno al otro”).
La doctora Heath cree, como John Berger, que los muertos nos ayudan a morir. Berger lo dice de manera poética: “Los muertos rodean a los vivos. Y hay intercambios entre ambos, intercambios que nunca fueron claros y que, desde que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, se han vuelto más difusos aún. Hoy pensamos en los muertos como los eliminados, con consecuencias desastrosas para los que estamos vivos”. Porque es médico, y porque es mujer, la doctora Heath es más terrestre. Ella explica así su convicción: “Cuando los muertos superan a los vivos entre las personas que conocemos, es más fácil morir. Eso es lo que les pasa a los viejos. O a los que sobreviven a una masacre, una catástrofe, una guerra. Y eso es lo que explica, quizá, por qué es tan difícil para los jóvenes aceptar la muerte”.
Hay una sensatez sobrehumana, casi angélica, en las palabras de la doctora Heath. Su brevísimo, invalorable librito termina con un puñado de consejos para que los médicos recuperen ese papel tradicional como compañeros-en-la-muerte, que abandonaron a causa de los avances científicos y tecnológicos. Me permito reproducirlos: Siempre que sea posible, los pacientes deben morir en un lugar familiar y querido. No deben morir en soledad. Hay que comunicarse hasta el final con el moribundo, y no sólo de palabra sino también a través del contacto físico, mirándolo a los ojos, sosteniendo su mano. La muerte no se puede evitar. La muerte pone fin al miedo.
Mi querida Aída, espero que ahora estemos en paz.

Juan Forn

PD: Esta nota ha sido enviada gentilmente por Alberto Pinus, integrante del Blog, es oportuno compartirla, y agradecer todas las colaboraciones, sugerencias, opiniones.
Eleonora.

Comentario acerca de la nota publicada

Hola, Eleonora, hola a todos.
Son muchas las cosas malas que se dicen de los hogares de ancianos. Mi mamá, que actualmente va a cumplir 95 años, comenzó hace unos 15 años a confundirse y a ponerse peligrosamente agresiva, diciendo que querían matarla. Hasta allí vivía con mi hermana (está en el interior), que es divorciada. Mi mamá misma pidió que la llevaran a un hogar, y le tocó uno excelente, limpito, con atención médica real, con la dueña (discapacitada) y las enfermeras sumamente cariñosas. Luego el hogar cambió de dueños y ya no fue lo mismo, así que la cambiamos a otro, tan bueno como el primero. Mi hermana va dos veces al día, mañana y tarde, y le conversa de cada uno de los numerosos integrantes de la familia (ya no nos confunde), la hace cantar (cuando era joven cantaba y componía música) y recordar cosas de su vida, y esto le mantiene su mente actualizada. Se nota la importancia de esto, porque cuando mi hermana viajó al exterior, en una semana ella volvió a confundirse y a decir que tiene 18 años, pero cuando mi hermana regresó, volvió a estar bien mentalmente. Yo suelo viajar unas tres veces al año para visitarla, y ella me reconoce en cuanto me ve.
Suelo charlar con mis hijos de esto, y les digo que, cuando comience a confundirme, no tengan reparo en llevarme a un hogar. Lo único que les pido son dos cosas: que me visiten seguido, y que me crean si les digo que me maltratan, porque eso puede pasar fuera de la vista de ellos.

Abrazos,
Leo.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Geriátricos. El ingreso tan temido


Es común en nuestra práctica que algunas familias se enfrenten ante un grave problema cuando han pensado la posibilidad de que el adulto mayor ingrese en un establecimiento geriátrico:sentimientos encontrados, temor, culpa, confusión.

Esto nos lleva a realizar algunas pequeñas formulaciones con respecto a la mejor forma en que puede realizarse dicho proceso; como señalamos es un proceso que incluye la noción de un tiempo de elaboración, totalmente alejado de las experiencias que escuchamos narrar por los adultos mayores que están ya participando de esa experiencia, más parecida a un exabrupto, en el que la institución casi no conoce al adulto mayor, ni éste sabe a ciencia cierta su destino.
La familia muchas veces le hace la demanda a la institución para que la ayude a convencer a ese adulto; en otros casos, ni siquiera existe este necesario paso previo que es una secuencia de entrevistas.

Siempre recuerdo el caso de una abuela -como suele denominárselos aunque no tengan nietos- que me contaba que su hija y su yerno la habían llevado a pasear, de pronto se había encontrado en este lugar y nunca más los había vuelto a ver...
O el otro, en el que una señora me contaba que su hija le había vendido el departamentito para poner un negocio, pero con que el tiempo la irían a buscar para mudarse a una casa más grande...
O aquella que me decía ¿porqué me hicieron esto?. Por no hablar de la infinidad de casos en que los hijos deciden por su bien... también sería oportuno recordar cuando algunos adultos alegaban lo mismo.En muchas familias se vuelve a jugar la misma conflictiva del pasado.

Lo cierto es que no podemos avalar prácticas abusivas de ninguna índole, en ninguna etapa, ésta aparece más solapada, por la indefensión propia de los sujetos en cuestión.
Historias muchas de estas variadas formas de desresponsabilizarse, justificaciones mediante, en la que los adultos mayores son víctimas no sólo de las familias sino también de las instituciones que los acogen bajo esas circunstancias tan poco favorables, donde prima el engaño y la escasa posibilidad de que puedan tenerse en cuenta no gran parte sino ninguna de sus demandas.
Ya que con ese inicio, desde esa perspectiva no podemos pensar que esa persona tenga un destino demasiado promisorio, ni sea tomada como lo que es un sujeto de derechos, de deseos, con proyecto y calidad de vida.
Entonces, lo esperable sería que este ingreso no funcionara como un mecanismo de segregación, donde se ha dado salida al caso problema, en este caso el viejo de la familia.
Como premisa básica lo primero que habría que realizar es una consulta al deseo del adulto mayor, vincularlo tanto a él como a sus familiares con la organización, así como indagar lo que la misma le propone a su proyecto de vida.
Con esto decimos, con qué recursos cuenta el Adulto Mayor, si podrá conocer con antelación a los otros residentes, preguntarse cuántos de sus objetos personales serán permitidos, cuánto será respetado en su modalidad de interacción, en sus gustos, qué pasará con las entradas y salidas del lugar, con sus visitas, con sus llamadas teléfonicas, con sus intereses -sociales, políticos,religiosos-, con la administración de su dinero, con el cambio de horarios con respecto a comida y sueño, con su terapeuta particular -en caso de tenerlo-, con su sexualidad, con el mundo del afuera...

Nos estamos dedicando entonces a que se definan claramente cuáles son sus derechos, así como cuáles son las obligaciones de la parte prestadora.
Nos dedicamos a pensar que no es suficiente que la institución exude pulcritud y limpieza, cuadros en sus paredes, plantas en el jardín, o una cartelera de horarios y comidas, y algún que otro reloj que marque el tiempo, sino algo que es fundamental para que el sujeto tenga anhelos de seguir existiendo y es el respeto por su subjetividad, ya que cuando el análisis no pasa por ese costado es muy probable que esa rigidez e inflexibilidad de la organización favorezca el deterioro y la despersonalización.

Si bien la preocupación por el costo de todas las cosas parece ser el signo prioritario de estos tiempos, en principio debemos abocarnos a observar los detalles de atención, observar el rostro de la mayoría de los residentes, el clima grupal que allí circula, la cantidad de personal, entre algunas cosas.

La tristeza se huele, se olfatea en todos los rincones; los talleres estereotipados también, el personal agotado por los horarios excesivos o por el autoritarismo reinante, todo puede servirnos de dato para realizar algún tipo de hipótesis del lugar.

En ciertos artículos gerontológicos suele señalarse que no es traumático el ingreso al geriátrico, seguramente siempre lo imposible de digerir es el engaño, de ahí que pensamos la importancia de darle lugar a la palabra, a veces, un cuidador domiciliario puede ser un recurso viable, posible, que permite que el adulto no se sienta exiliado, en otros casos, un geriátrico si está bien elegido puede ser una buena opción antes que el abandono del adulto. Incluso puede ser una opción que no sea de carácter permanente.

Lo importante es que este adulto sea informado, que sus fantasías de abandono, de no ser escuchado o amado, o su temor ante el deterioro y la muerte no sean retroalimentados, sino atenuados por el conocimiento de que hay un otro que puede albergarlo en su deseo.

domingo, 1 de marzo de 2009

La mirada de Silvina


Envejecer
Nunca pensé que envejecer fuera el más arduo de los ejercicios,
una suerte de acrobacia que es un peligro para el corazón.
Todo disfraz repugna al que lo lleva. La vejez
es un disfraz con aditamentos inútiles.
Si los viejos parecen disfrazados, los niños también.
Esas edades carecen de naturalidad. Nadie acepta
ser viejo porque nadie sabe serlo,
como un árbol o como una piedra preciosa.
Soñaba con ser vieja para tener tiempo para muchas cosas.
No quería ser joven, porque perdía el tiempo en amar solamente.
Ahora pierdo más tiempo que nunca en amar,
porque todo lo que hago lo hago doblemente.
El tiempo transcurrido nos arrincona; nos parece
que lo que quedó atrás tiene más realidad
para reducir el presente a un interesante precipicio.
Silvina Ocampo

domingo, 15 de febrero de 2009

Al paso de los años. Sigmund Freud


Al finalizar la nota, después de un apretón de manos, le dice Sigmund Freud al periodista George Sylvester Viereck que en el verano de 1926 lo entrevistaba en su casa de verano en Semmering, en los alpes suizos: No me haga parecer un pesimista, yo no tengo desprecio por el mundo.
Tomamos aquí algunas de sus respuestas traducidas del inglés al castellano por Miguel Angel Arce.

S. Freud: Setenta años me enseñaron a aceptar la vida con serena humildad.

Quien habla es el profesor Sigmund Freud, el gran explorador del alma.
...Los pocos años transcurridos entre mi última visita y la actual, multiplicaron las arrugas de su frente. Intensificaron la palidez de sabio. Su rostro estaba tenso, como si sintiese dolor. Su mente estaba alerta, su espíritu firme, su cortesía impecable como siempre, pero un ligero impedimento en su habla me perturbó. Parece que un tumor maligno en el maxilar superior tuvo que ser operado. Desde entonces Freud usa una prótesis, lo cual es una constante irritación para él.

S.Freud: Detesto mi maxilar mecánico, porque la lucha con este aparato me consume mucha energía preciosa. Pero prefiero esto a no tener ningún maxilar. Aún así prefiero la existencia a la extinción. Tal vez los dioses sean gentiles con nosotros, tornándonos la vida más desagradable a medida que envejecemos. Por fin, la muerte nos parece menos intolerable que los fardos que cargamos.

S. Freud: ¿Por qué -dice calmamente- debería yo esperar un tratamiento especial? La vejez con sus arrugas, llega para todos. Yo no me revelo contra el orden universal. Finalmente, después de setenta años, tuve lo bastante para comer. Aprecié muchas cosas -en compañía de mi mujer, mis hijos- el calor del sol. Observé las plantas que crecen en primavera. De vez en cuando tuve una mano amiga para apretar. En otra ocasión encontré un ser humano que casi me comprendió. ¿Qué más puedo querer?


George S. Viereck: El señor tiene una fama. Su obra prima influye en la literatura de cada país. Los hombres miran la vida y a sí mismos con otros ojos, por causa de este señor. Recientemente, en el septuagésimo aniversario, el mundo se unió para homenajearlo, con excepción de su propia universidad.

S. Freud: Si la universidad de Viena me demostrase reconocimiento, me sentiría incómodo. No hay razón de aceptarme a mí o a mi obra porque tengo setenta años. Yo no atribuyo importancia insensata a los decimales. La fama llega cuando morimos y, francamente, lo que venga después no me interesa. No aspiro a la gloria póstuma. Mi virtud no es la modestia.

S. Freud: estoy más interesado en este capullo de lo que me pueda acontecer después de estar muerto.

George S. Viereck: ¿Le gustaría retornar en alguna forma, ser rescatado del polvo? ¿Usted no tiene, en otras palabras, deseo de inmortalidad?

S. Freud: Sinceramente no. Si la gente reconoce los motivos egoístas detrás de la conducta humana, no tengo el más mínimo deseo de retornar a la vida; moviéndose en un círculo, sería siempre la misma. Más allá de eso, si el eterno retorno de las cosas, para usar la expresión de Nietzsche, nos dotase nuevamente de nuestra carnalidad y lo que involucra ¿para qué serviría sin memoria? No habría vínculo entre el pasado y el futuro. Por lo que me toca, estoy perfectamente satisfecho en saber que el eterno aborrecimiento de vivir finalmente pasará.Nuestra vida es necesariamente una serie de compromisos, una lucha interminable entre el ego y su ambiente. El deseo de prolongar la vida excesivamente me parece absurdo.


George S.Viereck: Bernard Shaw sustenta que vivimos muy poco. El encuentra que el hombre puede prolongar la vida si así lo desea, llevando su voluntad a actuar sobre las fuerzas de la evolución. El cree que la humanidad puede recuperar la longevidad de los patriarcas.

S. Freud: Es posible que la muerte en sí no sea una necesidad biológica. Tal vez morimos porque deseamos morir. Así como el amor o el odio por una persona viven en nuestro pecho al mismo tiempo, así también toda la vida conjuga el deseo de la propia destrucción. Del mismo modo como un pequeño elástico tiende a asumir la forma original, así también toda materia viva, conciente o inconscientemente, busca readquirir la completa, la absoluta inercia de la existencia inorgánica.
El impulso de vida o el impulso de muerte habitan lado a lado dentro nuestro. La muerte es la compañera del Amor. Ellos juntos rigen el mundo. Esto es lo que dice mi libro Más allá del principio del placer. En el comienzo del psicoanálisis se suponía que el Amor tenía toda la importancia. Ahora sabemos que la Muerte es igualmente importante. Biológicamente todo ser vivo, no importa cuán intensamente la vida arda dentro de él, ansía el Nirvana, la cesación de la fiebre llamada vivir. El deseo puede ser encubierto por digresiones, no obstante el objetivo último de la vida es la propia extinción.


No me haga parecer un pesimista- dice Freud-. Yo no tengo desprecio por el mundo.
Expresar desdén por el mundo es apenas otra forma de cortejarlo, de ganar audiencia y aplauso.
¡No,yo no soy un pesimista, en tanto tenga a mis hijos, mi mujer y mis flores¡
No soy infeliz, al menos no más infeliz que los otros.