Larga juventud
Por Nuria Barbosa León
Periodista de Radio Progreso y Radio Habana Cuba
José Martí, nuestro prócer independentista, llamó a los ancianos patriarcas de la humanidad y su definición no estuvo errada, porque cuando se superan los 60 años de vida hay toda una historia para contar y muchas experiencias por transmitir.
En Cuba, la población que supera las seis décadas suman los dos millones de habitantes lo que representa el 17 por ciento del total y se estima que para el año 2030 se alcance el 29 por ciento, ello significa la garantía de una calidad de vida superior donde se conjugue, sanidad, cultura, educación y socialización.
Según datos aportados por el Centro de Documentación de Radio Habana Cuba, en mayo del 2009 habitan la Isla, 1 488 personas centenarias, ello hace que exista un abuelo de más de cien años por cada 7 500 habitantes. Las provincias donde residen mayor número de longevos son: Ciudad de La Habana (258), Santiago de Cuba (184), Granma (145), Villa Clara (132) y Camagüey (123). Muchos de estos criollos caminan sin ayuda de otra persona, casi la mitad no tiene deterioro cognitivo, todos muestran buen estado nutricional y manifestaron estar “satisfechos con la vida”.
¿Cuál es el secreto de la eterna juventud?
1.- Tener acceso a alimentación, agua, vivienda, vestimenta y atención de salud adecuada mediante ingresos propios suficientes y/o el apoyo de sus familias y de la comunidad.
2.- Tener la posibilidad de trabajar o tener acceso a otras alternativas de obtener ingresos.
3.- Poder participar en la determinación de cuándo y en qué medida cesarán de desempeñar actividades laborales.
4.- Tener acceso a programas educativos y de formación adecuados.
5.-Tener la posibilidad de vivir en entornos seguros y adaptables a sus preferencias y capacidades.
6.- Poder residir en su propio domicilio por tanto tiempo como sea posible.
7.- Permanecer integradas en la sociedad, participar activamente en la formulación y en la aplicación de las políticas que afectan directamente su bienestar.
8.- Poder buscar y aprovechar oportunidades de prestar servicio a la comunidad y de trabajar como voluntarios en puestos apropiados a sus intereses y capacidades.
9.- Poder formar movimientos o asociaciones de personas de edad avanzada.
Estos nueve puntos conforman los Derechos Básicos del Adulto Mayor, aprobados en la Convención de Ginebra de la Naciones Unidas, realizada en 1982, y que son cumplidos por Cuba con mucho celo.
Al abuelo cubano se le garantiza el vínculo familiar y social aunque esté internado en un Hogar de Anciano, a los cuales se le suman 14 mil “Círculos de Abuelos” donde se promueve la práctica de ejercicios físicos, las excursiones, las actividades culturales y recreativas.
OJO, en Cuba no hay repartos privados para los ancianos y los servicios que reciben son los que pueden pagar con su chequera de pensionado. Si necesitan atención médica se le ofrece de forma gratuita, al igual que todos los cubanos y se le hacen todos los exámenes diagnósticos no importa la edad sino atendiendo a su padecimiento.
También hay más de 174 “Casas de los Abuelos”, creadas para cuidar a las personas de la tercera edad mientras sus familiares trabajan. En esas instituciones los ancianos permanecen 8 horas diarias, reciben una atención especializada, de acuerdo con su estado de salud y características personales. Se les suministra desayuno, almuerzo y meriendas en los horarios matutino y vespertino, además de medios para el descanso.
Esas Casas cuentan con equipos de radio, televisión, juegos de mesa y otros medios de esparcimiento y en ellas se realizan actividades culturales y excursiones. Son atendidas directamente por médicos generales y geriatras que se ocupan de chequear las enfermedades crónicas y no transmisibles e imparten charlas educativas para el cuidado de la salud y la higiene personal.
Una modalidad acogida por los de cabellera blanca son las más de 400 “Cátedras Universitarias del Adulto Mayor”, con 750 filiales en zonas urbanas y rurales, donde se imparten cursos de computación, sexualidad, medio ambiente, temas relativos al envejecimiento, medicina alternativa, historia, convivencia familiar, cocina y cuidados personales. De estos cursos ya han egresado hasta el año 2008, 50 mil cubanos.
Un aspecto esencial para la tranquilidad del anciano es la solvencia económica y más de un millón 600 000 pensionados y jubilados tienen garantizada la protección estatal en Cuba. En el 2008 se invirtió cerca de 5 200 millones de pesos en la atención a los beneficiados del Sistema de Seguridad y Asistencia Social y en ese propio año, la pensión mínima a los jubilados y pensionados fue elevada a 200 pesos, la prestación mínima de asistencia social subió a 147 pesos lo cual representó al Estado cubano un gasto adicional de 810 millones de pesos.
Entre los centenarios cubanos predomina el sexo femenino, sin hábitos tóxicos como consumo de alcohol y tabaco, y cuya dieta alimenticia fue balanceada, de acuerdo con sus posibilidades. Gran parte de los ancianos longevos cubanos no practicaron deportes, pero se mantuvieron activos y motivados con algún proyecto, indicaron los investigadores. Según el estudio, más del 90 por ciento de ellos ingieren fármacos por estricta necesidad y no sobrepasan la cifra de tres de manera individual.
Nos satisface decir que la granmense Juana Bautista de la Candelaria Rodríguez, cumplió 124 años y es la persona con más edad en Cuba, de ella cuidan un geriatra y un médico general quienes la visitan semanalmente y a diario recibe una enfermera especializada para chequear su estado de salud.
No estamos satisfechos con estos datos porque se debe promover en la población el respeto y cuidado hacia los ancianos, educar a los más jóvenes en normas de conductas donde expresen amor hacia sus abuelos, ayudarlos, apoyarlos, suministrar alegrías es quizás la quimera para una generación que engendró la Cuba de hoy.
“Joven ha de ser quien lo quiera ser”, reza en un popular son tradicional pero en el mundo globalizado de hoy, a ese estribillo se le debe agregar: “quien lo pueda ser” porque sin garantías estatales es difícil acumular juventud.
Para los jóvenes de cabellos sin color, el deseo de una larga vida y una eterna felicidad