domingo, 16 de mayo de 2010

La caída


Uno de los síndromes geriátricos infracomunicado y por lo tanto infradiagnosticado es el de las caídas, no suele atribuirsele demasiada atención. Suceden así, de pronto, y modifican de forma insospechada el presente y calidad de vida de los adultos mayores.
Son previsibles las caídas, existen formas de evitarlas, son causas que generan y refuerzan patologías existentes, debemos prestar atención a las mismas para evitar males mayores.
Estas y otras cuestiones deberían ser abordadas, para que estas caídas no se transformen en La caída, la otra caída que produce en el adulto mayor una transformación radical en su existencia.
Siempre recuerdo el caso de una señora que vivía en un geriátrico, y su estancia en ese lugar, que por cierto la melancolizaba bastante estaba justamente referida a esto, a una caída.
Sus dos hijos médicos, pensaron que ya no estaba en condiciones de vivir sola y procedieron a reformularle la vida, haciendo operativo el acceso al geriátrico sin consultarla demasiado sobre el mismo.
La señora me relataba que todo se había producido abruptamente luego de la rotura de su cadera, y que si bien en ella operaba el sindrome postcaída, que la hacía sentirse insegura, temerosa de otras posibles, también argumentaba la férrea oposición de sus hijos para que retomara sus niveles de independencia.
En alguna medida sus hijos, tal vez haciendo uso de un paternalismo extremo, retroalimentaban esta angustia que ella sentía.
Con esto queremos mencionar entonces que las caídas y sus consecuencias constituyen no sólo un tema relacionado con la salud privada sino incluso con la salud pública: por su frecuencia relacionada con el aumento en la esperanza de vida, por su alta mortalidad, por su asociación a la inmovilización, y como en este caso referido por la institucionalización prematura y pérdida de independencia por parte del paciente.
Podemos entonces empezar a cuestionarnos acerca de si la caída de un adulto mayor es un hecho impredecible o inevitable, debido al envejecimiento del individuo, o si no es que en la mayoría de los casos resulta de una inadaptación entre el adulto y su entorno de causa multifactorial.
Factores de riesgo
Los factores identificados son extrínsecos o ambientales e intrínsecos, entre los que se deben destacar: las enfermedades agudas o crónicas, el uso de fármacos, sobre todo sedantes y antihipertensivos, los cambios en la bipedestación, la marcha, el equilibrio, los pies, la audición y la visión.
La vivienda es el lugar en donde más recurrentemente suceden las caídas: dormitorio, baño y escaleras.
Existen formas de prevención, medidas potenciales para prevenir estos factores de riesgo. Es un problema de sobrada magnitud pero que, insisto, puede evitarse tomando los recaudos necesarios.