Los llaman los panteras grises y, si creemos a los demógrafos, el futuro europeo es suyo. Dentro de 25 años en Europa será aún más evidente la presencia de los ancianos en calles, plazas y museos, pues se calcula que unos 85 millones de personas habrán cumplido 65 años o más. Ante esas previsiones los más emprendedores de los empresarios ya han comenzado a invertir en vejez: la vejez cotiza al alza en la bolsa de futuros.
Muy pronto la geriatría se convertirá en una especialidad de gran prestigio. Las universidades organizarán masters y cursos de postgrado para crear los más variados equipos de especialistas en esta singular etapa de la vida, identificada ahora como una enfermedad degenerativa.
Seguros de vejez, planes de pensiones, especialistas en el ocio para la tercera edad, deportes que no requieren grandes emociones -como el golf-, alimentación sana baja en grasas y casi sin sal, aparatos para medir la propia tensión arterial o los índices de colesterol en la sangre, residencias confortables, incineraciones asépticas, por no hablar de las investigaciones genéticas para desvelar el misterio de la longevidad, conocerán sin duda en este nuevo siglo que comienza un éxito sin precedentes.