jueves, 16 de mayo de 2024

Adultos Mayores, la encrucijada de sobrevivir Vivir supone, en cualquier etapa, desde el nacimiento hasta la muerte, acomodaciones psíquicas inexorables y continuas para responder a las demandas internas y externas, esta realidad no sólo se basa en algo puramente psicológico, sino también para los a cambios de la materia de la cual el aparato psicológico es una función.Se considera típico de esta etapa, la necesidad de elaborar duelos debido a la cantidad de pérdidas que se producen –pares, roles, status, enfermedades, por nombrar sólo algunas- pérdidas entonces del yo físico y psíquico, de memoria, trastornos del sueño, y tal vez lo más importante de objetos amados. Más en esta época histórica, se le han sumado a las batallas concernientes al proceso de acomodación en esta nueva etapa, los cataclismos provocados por políticas que sumen al sujeto envejeciente en una encrucijada dolorosa: la de sobrevivir. Sin necesidad de agregar ningún tipo de ocio reflexivo, se impone argumentar acerca de políticas distributivas que están realizando un profundo daño, una iatrogenia deliberada sobre una parte muy importante del tejido social. Pierre Bourdieu señalaba que “la esencia del neoliberalismo es un programa de destrucción de las estructuras colectivas cuando éstas pueden convertirse en un obstáculo para el avance de la lógica del mercado puro". Este mensaje adquiere una atroz y profunda vigencia, cuando vemos azorados como se congelan jubilaciones y pensiones, siempre decimos que vivir requiere de cierta estabilidad mental, física, social, sobre todo cuando de vivir se trata y no de durar. Lo que resulta llamativo es el afán de determinados organismos ya no sólo internacionales en la puntuación que hacen de esta secuencia de hechos y acontecimientos llamada vida. Cierta palabra que aparece como del orden de una sentencia "el riesgo de que la gente viva más de lo esperado es un tema que exige más atención y que ha sido subestimado". La actualidad refleja un significativo revés de la fantasía de Orwell, todo está dicho, todo está a la vista y existe una especie de resignación apática con respecto a los designios de estos organismos. Debido a esto el FMI llama a elevar la edad de la jubilación, más otra serie de medidas “humanitarias” para contrarrestar los costos que sobrevendrían producto del envejecimiento mundial. A comienzos de siglo, los adultos mayores tenían un "lugar" dentro de la familia, durante mucho tiempo no alcanzaban esta numerosidad actual, la prolongación de la vida puso la mirada en el aumento de estos seres aparentemente improductivos. Si bien la esperanza de vida se ha incrementado, por lo que hay cada vez más adultas y adultos mayores que viven de su jubilación, (recordemos que se fijó arbitrariamente a los sesenta y cinco años, en un tiempo que la esperanza de vida era hasta los sesenta y dos) o sea jubilación y muerte estaban cercanas. Sería oportuno remarcar que, en la mayoría de los casos, la jubilación es miserable. Pero, en síntesis: Las recetas del Fondo, y las que se aplican a través de políticas neoliberales o de cuño de novedosa palabrería, con los reiterados vaivenes que nunca permiten que un jubilado pueda sentir que sus últimos años son aquellos "dorados" con los que pretendieron ilusionarlo nunca varían en los ingredientes: son siempre menos vida; la estabilidad financiera global nos enteramos que está en riesgo… y una de las causas principales es esta costumbre exacerbada de vivir más de lo debido. “Si el promedio de vida aumentara para 2050 tres años más de lo previsto hoy, los costos de envejecimiento crecerían un 50% en las economías desarrolladas, advierte el documento, que analiza los riesgos financieros relacionados con el aumento de la esperanza de vida global. Ese aumento se reduce al 25% en las economías emergentes”. Demás está expresar que estas cifras ocultan que la esperanza de vida varía en distinta forma en función de las desigualdades sociales, de la estratificación social, y también por la calidad de vida. Ahora la pregunta que surge es porque no se puede redistribuir de otro modo el gasto público dirigiéndolo a gastos sociales, en vez de solventar otros gastos que no están relacionados con una lógica de vida. Cuando el drama deja de conmovernos comienza la comedia diría Bergson, por un lado la ciencia extiende la esperanza de vida, por el otro, millones de adultos mayores en el mundo están bajo intimidación de vivir a costas de la ayuda social, ahora cruelmente negada incluso en los casos que se hace perentoria. Producto de las políticas neoliberales se ha reducido el empleo al mínimo indispensable, el sociólogo alemán Ulrich Beck ha escrito "los empresarios han descubierto la nueva fórmula mágica de la riqueza, que no es otra que capitalismo sin trabajo más capitalismo sin impuestos". Y no es que la economía no ha crecido, ha crecido mucho más que la población. Cuando leemos las estadísticas de distintas regiones del mundo encontramos que hay un plus de riqueza, sólo que la misma ha ido a parar a paraísos fiscales. Debido a esto razonamos que el problema no es el aumento de esperanza de vida, sino el intento de quiebre de un pacto social, de un sistema de solidaridad entre las generaciones. Por eso siempre ronda la fantasía de privatizar las jubilaciones y pensiones, debido a esta presunta inestabilidad con el objetivo de asaltar las arcas de los fondos públicos. El objetivo desmantelar el tejido social. De ocurrir, no será indoloro este pasaje. Esperemos que exista suficiente fuerza en la sociedad para combatir estos poderes oscuros. La instrucción que subyace pareciera ser la de que hay que morirse a tiempo.

viernes, 12 de febrero de 2016


jueves, 16 de julio de 2015


lunes, 13 de julio de 2015



Existen diversas lógicas para pensar la realidad, desde una óptica dominante se sostiene un discurso único y biologizante acerca del envejecer, entendido como fundamento tecno-científico de su definición. Es nuestro deseo no ignorar los procesos biopsicosociales que dan cuenta de la complejidad de esta etapa existencial.
Invitamos a pensar un sujeto envejeciente desde la potencia, alejado del reduccionismo que intenta someterlo a leyes o principios ineluctables. 



domingo, 1 de junio de 2014

lunes, 5 de mayo de 2014

El goce de lo errático

Ciertos legados, ciertas personas, especialmente dotados de una riqueza que dejan marca, nos dan la posibilidad de pensar y sentir la diferencia entre el tiempo y la temporalidad.
Algunos seres se caracterizan por sostener un pensamiento que no se paraliza con la lucidez ni se enmudece con respecto a pensarse en su extrema posibilidad; un pensamiento que trabaja afanosamente sobre lo latente hasta incluso adelantarse por los sinuosos caminos del misterio, de las razones científicas más absolutas, o de la fe, cuestiones todas con las que advenimos,como este cuerpo y este ropaje que nos da la vida.
Rebeldes a las marcas del malestar de la cultura que posicionan al sujeto en un lugar más amenazado que deseante, provocan rebeliones conjeturales que imprimen una nueva faz a ese saber inamovible, sacralizado por el sujeto, por su familia o la sociedad en que vive.
Estos seres es cierto que emergen de un contexto, son portavoces que han rozado la perplejidad, quizás por determinadas razones internas o acontecimientos externos hayan buceado hasta lo más profundo, pero es justamente esa superación del caos, lo que ha producido esta novedosa conjunción de ese ser con el mundo.
Y ese pensarse como un no estar en el mundo,paradójicamente, ha cristalizado esa perplejidad, ha facilitado la discriminación, el avance a un nuevo conocimiento, o estructura, bastión de una nueva tarea y faro que previene contra las tempestades, o advierte lo que subyace.
El vivir entonces se convierte en la apuesta a un desafío constante, donde a éste no le queda otra cosa que esto: vivir.
Y estas conjeturas - juntar ideas para arrojarlas en montón, en dirección más bien errática-, conllevan el sentido de realizar esta diferenciación entre el tiempo vivido como algo cronológico de relojes y fechas, de bolsillo o como este otro, que es más parecido a nuestro inconsciente,intemporal, casi como el tiempo cósmico.
Modalidad especial de vivenciar que comienza en los seres que se implican con la vida, con los otros seres y el mundo, donde existen ciertos saberes mas o menos con carácter de absoluto que se van adquiriendo por el camino de las teorías, de las prácticas, pero en el que aparece siempre el cuidarse de cierta comodidad que pueda conllevar la amenaza de un presente y un futuro demasiado estacionario.
Ese alejarse del equilibrio, transitado por una incesante actividad asociada a proyectos, a indagar por caminos que son realmente rebeldes, libertarios, revelados, es lo que les permite la realización y la invención de nuevos sueños.
Hijos cercanos, predilectos de una creatividad imperiosa, rabiosa, casi de genes obsesivos.

Pichón decía: Larga es la vida como largo es el proyecto, aquí hace referencia a otra dimensión que no está ceñida al tiempo cronometrado, tal vez debido a que se haya formulado que el tiempo era El.Que haya pensado el Dasein, el Ser y el Tiempo, y se haya respondido no acerca de qué era el tiempo, sino quién era.
Francoise Dolto por su parte decía: 
uno se muere cuando ha terminado de vivir.La carta de los derechos del niño no estaba aún terminada cuando la sorprendió la muerte, tenía 80 años.
Fernando Ulloa, tenía la certeza de que la muerte al ser humano debía atraparlo vivo;
Cómo morir felices
es la pregunta que como contrapunto, formula Albert Camus, en un contexto donde se delimita, en su novela la noción del bien vivir -en el sentido de una calidad de vida-
No quería morir como un enfermo... no quería que la enfermedad fuese lo que suele ser, una atenuación y una especie de transición hacia la muerte. Lo que quería, todavía inconscientemente, era el encuentro de su vida, rebosante de sangre y salud, con la muerte. Y no la simultaneidad de la muerte con lo que ya estaba casi muerto... Esa muerte que él había mirado con el enloquecimiento de un animal; comprendía que tener miedo significaba tener miedo de la vida. El miedo a morir justificaba un apego sin límites a lo que está vivo en el hombre
.
Además, Ulloa, pensaba en un tiempo que corría y daba saltos y era a su vez recorrido por el pensamiento; Un salto mismo en el vacío que configuraba una metáfora y abría el nivel de lo psíquico.
También los griegos pensaban que el tiempo es aquello en lo que se producen acontecimientos.
La vejez no tiene nada que ver con la edad cronológica. Es un estado de espíritu, no estacionario, en constante movilidad y cambio. Es verdad que la mayoría quisiera dejar para después, para lo más tarde posible, la renuncia a lo que fuimos. No decimos, para dentro de 10 años, decimos lo más tarde posible, tiempo no mensurable.
Un anciano jamás se siente un anciano comprendo por otros lo que implica la vejez en aquel que la mira desde afuera, pero yo no siento mi vejez
, Sartre, también nos remite a Lacan, el problema del deseo es algo que el hombre tiene que situar, encontrar, a lo largo de toda su vida, y con gran frecuencia a sus expensas.


domingo, 13 de abril de 2014